POZO CAÑADA
Página creada por Pedro Pablo Romero Soriano

 

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CANTO A LA MUJER MANCHEGA

Yo me casé,por orgullo,

con una mujer manchega,

que es el reflejo genuino

del corazón de esta tierra.

Limpia,como los veneros

del agua fresca y somera

que aflora soñando mares

por los ojos de Ruidera.

Pura,como el vino blanco

que hierve en vieja solera.

Hermosa,como la vírgen

que en los Llanos se venera.

Por voto de mis amores,

le dí mi vida y mi hacienda,

y desde entonces hay risas

y felicidad en mi aldea.

Han crecido los pinares,

hay más grado en la bodega,

más trigo en nuestros trigales,

más flores en primavera.

Mi vida,oculta en el ocio

de una existencia labriega,

lozana desde aquel día

retoña en su sabía nueva,

como bancál de arrompío

que bate la vertedera.

Y es,que es tan dulce la vida,

con una mujer manchega,

que no se nota el trabajo

ni hay sinsabores ni penas.

Cada frase,una sonrisa.

Cada palabra,una arenga.

Cada mirada,un reflejo

del Sol que se reverbera

y cada paso un camino

que a buen destino te lleva.

Para todo tiene halagos,

y el aire de su presencia

lleva en pós,la simpatía

de quien convive con ella.
Hasta en el fétido aprisco

porfíanse las ovejas,

que va a ordeñarlas el ama,

y es un honor ser primera.

Por las"trasnochás",la Luna

con ella charla y remienda.

Le tapa al nene la mano

que se dejó descubierta.

Observa un rato mi sueño,

y silenciosa me besa,

sellando sus labios rojos

el cese de la faena.

Como el canto de la alondra

que trinando nos despierta,

llama a los rudos muleros

que pecan pensando en ella.

Al pavo real,que ufano

le hace a la pava la rueda.

Al Sol que tímido sale,

y al pastorcillo que sueña

en un nido de jilgueros

con jilguerillos de seda.

Al palomar,que encendido

de llama azul despereza,

y en resumen,a la vida

que con la mañana empieza

movida por el resorte

de su rústica belleza.

En septiembre,cuándo vamos

con las mulas a la Feria;

con un pañuelo turbado

en su anillada cabeza,

oliendo a azafrán tostado

a hinojo y a hierbabuena,

no hay quien al pasar no mire,

ni quien al mirar no vea,

a la mujer del terruño

a la auténtica manchega.

Aquella que a don Quijote

tantas noches tuvo en vela.

Esta que amasa el pan blanco

y hace con los dedos cuentas,

que a la corta o a la larga

casi siempre salen ciertas.

Esta que me cose el traje

y el baberico a la nena.

Aquesta vulgar señora,

que suelen llamar paleta

porque no se tiñe el pelo,

ni lleva roña en las cejas,

ni le dice"chuchi"al nene

y a la pachona Enriqueta.

Aquí en este paraíso

-que bien llamarlo pudiera-

no ha falta que vengan médicos,

ni boticas,ni parteras.

Ella sóla se los pare

y ella misma los arregla.

Y me cria unos chiquillos,

coloradicos como tejas.

Sanchos Panzas de juguete,

que aún arrastran la panceja

y ya se van con la burra

al pueblo,a llevar las rejas.

Por la mañana,un cazurro

de gachasmigas ruleras

se comen,y no han tenido

ni unas malas paperas.

Y es,que son de buena raza.

Hijos de madre manchega,

que tiene la sangre vírgen

de vicios y de impurezas.

Sangre"filtrá" en la besana,

en la ermita y en la artesa,

que eso es decir:...castidad,

santidad y fortaleza.