Programa de Gobierno 2000 · 2003
Economía y Hacienda
Economía y Hacienda
Con vocación municipalista
El programa de gobierno de la Diputación Provincial de Albacete para el cuatrienio 2000 - 2003, en lo que al área económica se refiere, es un programa normalizado, con propuestas muy concretas que pretenden dar respuesta y apoyo económico a las líneas de actuación de las áreas en las que se organiza la Corporación. Normalizado, porque entendemos el ejercicio de gobierno desde la Diputación de Albacete como el de una institución con vocación municipalista, una institución al servicio de los ayuntamientos y del reequilibrio territorial en el conjunto de la provincia.
El plan de actuación económica se inserta en el concepto de modernización de la administración: hemos de pasar de ser una administración asistencial a convertirnos en un instrumento ágil y eficaz al servicio del mundo local, y todo ello con el uso racional e imaginativo de unos recursos bastante limitados.
El apoyo administrativo y económico proporcionado por el área de economía es el pilar básico que da soporte a las propuestas concretas en los ámbitos del gobierno local, la acción territorial y de la acción ciudadana que definen nuestras líneas de trabajo para el período 2000-2003.
Contempla la filosofía de este programa económico, por otra parte, un conjunto de actuaciones de colaboración con otras instituciones que sobrepasan estrictamente el ámbito competencial de la Diputación Provincial, pero en las que hemos de estar presentes. Es importante y necesaria la contribución de la Diputación Provincial en el desarrollo y puesta en marcha de proyectos inter-institucionales encaminados a conseguir el máximo auge económico y social de nuestra provincia.
También, desde el área económica es necesario plantear propuestas políticas, a menudo ambiciosas, que pretenden contribuir a aportar soluciones a algunos de los problemas que pueden plantearse en el ordenamiento territorial institucional de la provincia de Albacete y de Castilla-La Mancha. Nos referimos, por una parte a la propuesta de consolidar definitivamente la existencia de entes intermedios que resuelvan las dificultades de relación entre las administraciones local y autonómica, facilitando que ambas presten un mejor servicio a los ciudadanos. No debemos perder de vista en el horizonte a medio plazo del gobierno de la Diputación Provincial la posibilidad de transformar las diputaciones en verdaderos Consejos Provinciales, siguiendo un modelo implantado ya con éxito en otros países europeos. Estas propuestas programáticas formuladas desde el mundo local con relativa modestia, pero también con ilusión, tienen como objetivo poner de relieve el papel que los municipios tienen y deben tener en el panorama político e institucional de nuestro país. Han de formularse a partir del diálogo y la voluntad de consenso, dos premisas que desde el primer momento han de presidir la actuación de gobierno de los próximos años en la Diputación de Albacete. Situación actual
Para conocer la situación de partida del área de economía y hacienda hemos de dividir el análisis en dos grandes apartados. Por una parte, el relativo al estado de la situación económica de la Diputación de Albacete y por otra el referente a la situación orgánica, administrativa y funcional del área.
Situación económica
Desde el punto de vista de la situación económica, la Diputación de Albacete no está en uno de sus mejores momentos.
La situación de endeudamiento es muy alta, fuera de los márgenes permitidos por la Ley 50/1.998, ya que la deuda formalizada supera los 11.000 millones de pesetas, cantidad incluso superior a la del último presupuesto aprobado, que representa el 138% de los recursos liquidados en el último ejercicio, lo que impediría a la institución realizar cualquier operación financiera para acometer inversiones si no se hubiese aprobado un programa de saneamiento económico, al que se vio avocado obligatoriamente el anterior equipo de gobierno cuando su mandato electoral estaba a punto de finalizar. En los últimos cuatro años, la deuda por operaciones financieras formalizadas se ha incrementado en cuatro mil millones de pesetas.
Sin embargo, paradójicamente, debido a la gran cantidad de inversiones previstas pero no ejecutadas, existen fondos sin disponer a finales de 1999 que se sitúan por encima de los 3.600 millones de pesetas, lo que obliga a la actual Corporación a anular la finalidad de los créditos de las inversiones no realizadas y modificar dicha finalidad, destinándolos, bien para poner en marcha el plan de saneamiento o para otras inversiones que se puedan realizar en el futuro. Esta situación se produce como consecuencia de la falta de agilidad en la ejecución presupuestaria, fundamentalmente en el capítulo de inversiones, ya que han sido muchas las presupuestadas que después no se han visto materializadas.
Es necesario destacar como otro indicador de la inadecuación en la ejecución presupuestaria, la evolución cabalgante de las incorporaciones de créditos comprometidos en el ejercicio presupuestario en vigor y que por no ejecutar las inversiones para las que estaban destinados se han tenido que incorporar al ejercicio siguiente. Sirvan como ejemplo los datos de las liquidaciones del presupuesto de los años 1996 y 1997. Procedente del 96 se incorporaron casi 3.000 millones en 1997 y, procedentes del 97, las incorporaciones para 1998 rozaron los 5.000 millones de pesetas.
Existen otros aspectos que también tienen su incidencia en la situación de partida de este período de gobierno, tales como algunas inadecuaciones en las bases de ejecución del presupuesto, excesiva discrepancia entre los proyectos de presupuesto y sus liquidaciones respectivas, falta de instrumentos de control para que los jefes de servicio no sobrepasen los créditos que gestionan, etc., pero que no merece la pena entretenerse a detallar porque lo que interesa al actual equipo de gobierno es adoptar las medidas de futuro que corrijan estas deficiencias.
Situación administrativa y funcional
A lo largo de los últimos años no se ha entrado en profundidad en el análisis de la situación administrativa y funcional del área de economía de la Diputación, entendiendo por tal los servicios de intervención y tesorería, sin olvidar su íntima relación con el área de informática y personal.
En el momento actual, el área de economía y hacienda mantiene las estructuras orgánica y funcional de hace bastantes años. Sin embargo, los servicios, las necesidades y las demandas han evolucionado, esto ha provocado una situación de burocratización importante, no se han aprovechado suficientemente las posibilidades técnicas del área de informática y paulatinamente, al aumentar la velocidad de la demanda, ha crecido la situación de stocks en los servicios con el consiguiente estado de preocupación en los trabajadores que, a su vez, incide negativamente en el desarrollo de su trabajo.
Existe lentitud en los pagos a proveedores, contratistas y ayuntamientos al no haber adoptado medidas para agilizar la disposición de los fondos, por no existir un mecanismo de control de créditos que sea ágil y seguro.
Ha sido permanente la pérdida de subvenciones para inversiones en la provincia gestionadas por la Diputación, bien por no elaborar a tiempo los proyectos, por no fiscalizarlos o, en definitiva, por no adjudicarlos en la fecha que la administración central había fijado.
En definitiva, se hace necesaria una modificación orgánica y funcional del área económica para adaptarla a la nueva realidad, aspecto bastante descuidado en los últimos años.
7 objetivos para el progreso de nuestra provincia Con carácter general, la gestión del área de economía y hacienda ha de cumplir los siguientes objetivos:
... y 18 medidas para hacerlo posible
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