Bcj00422.gif (1018 bytes)RUTAS TURISTICAS DE LA MANCHUELA

Dentro de esta misma página tienes toda esta información turística de nuestra comarca, accede a lo que desees y si quieres ver todo sigue para abajo:

LA MANCHUELA HISTORIA DE LA MANCHUELA
HOZ DEL JUCAR OCIO Y TIEMPO LIBRE
VALLE DEL CABRIEL RUTA DE LA MUELA
LLANURA MANCHUELA RUTA DEL FERROCABRIEL

LA MANCHUELA

Surcada por los ríos Júcar y Cabriel, La Manchuela es una comarca llena de contrastes que seduce al viajero por su riqueza paisajística y cultural. Situada en el extremo nororiental de la provincia de Albacete y al Sureste de Cuenca cuyas señas de identidad proceden de un pasado remoto que ha dejado sus huellas a través de las civilizaciones (iberos, árabes, romanos...) y los siglos: iglesias, castillos, murallas, blasones...

Pero La Manchuela no es sólo la historia de sus veinticinco pueblos. A menudo la llanura se hace valle, el trigal monte, la viña río y la naturaleza se muestra recóndita y cargada de sorpresas. Un inmenso bosque de pinos, un puente romano, una gruta subterránea, un mirador, una fuente centenaria, un desfiladero caprichoso o una cueva excavada en la roca.

Atendiendo a sus dos vertientes, hay dos itinerarios de especial importancia siguiendo el curso de los ríos: la Hoz del Júcar y el Valle del Cabriel.

HOZ DEL JÚCAR

En la vertiente del Júcar, el recorrido va desde Motilleja hasta Villa de Ves, y en él se combinan los muchos atractivos del paisaje con el interés histórico de la zona, constituyendo una ruta particularmente recomendable.

Partiendo del paraje de "Cuasiermas" en Motilleja, zona especial para el baño y la acampada.

Si es aficionado a la pesca, puede disfrutar de este deporte en Valdeganga.

Siguiendo el curso de la carretera, que discurre paralela al río, llamarán su atención las pequeñas aldeas de casas-cueva excavadas en la roca, arquitectura característica en los pueblos de la ribera del Júcar. En pocos minutos llegamos a Jorquera, la antigua "Xurquera", capital administrativa y señorial de este estado y dependiente del Señorío de Villena, villa medieval de interés cultural que se alza a orillas del Júcar, bordeada de murallas almohades (s. XII). Entre sus muchos atractivos destaca la Parroquia de Santa María de la Asunción, de estilo gótico-renacentista. La Casa del Corregidor, de 1.727, con labras heráldicas, la llamada Torre de Doña Blanca, construida para defender el acceso de la villa, y las rejas del Ayuntamiento que datan del s.XVIII. En buena parte de la población predomina todavía la arquitectura medieval y existen numerosas casas blasonadas. Como hallazgo arqueológico de importancia destacan las tumbas del s.VI encontradas en las proximidades de la población.

Algunos miradores, construidos al efecto, nos permiten disfrutar de excelentes vistas panorámicas, desde allí se divisa todo el esplendor de la villa fortificada.

Especialmente merece la pena visitar Jorquera y las pedanías de la ribera del Júcar en el mes de Mayo. El día 22 de este mes se celebra la Romería de la Virgen de Cubas, con alardes de Moros y Cristianos, fiesta de gran interés turístico y cultural.

Sin dejar el curso del río llegamos a La Recueja, pequeño y tranquilo pueblo, donde el paisaje y la posibilidad de acampar son los mejores motivos para visitarlo.

La llegada a Alcalá del Júcar puede ser todo un acontecimiento, es, sin lugar a dudas, uno de los pueblos más espectaculares y pintorescos de toda La Manchuela, con sus casas escalonadas en una ladera hasta la cima donde se alza el castillo árabe, que da nombre al lugar ("AL-KALA": el castillo) y abrazado por la hoz de este río.

Declarado conjunto histórico artístico, Alcalá del Júcar fue antiguamente aduana del Camino Real de Castilla a Levante. Hoy, sus empinadas calles, abocadas hacia el río, tienen un singular atractivo turístico que seduce al primer golpe de vista. Un atractivo al que se unen particularmente alguna de sus cuevas que atraviesan la montaña sobre la que se asienta la Hoz del Júcar, y que se encuentran abiertas al público. Concretamente, muy cerca de Alcalá del Júcar, en una de las paredes verticales de la hoz, se halla la Cueva de Garadén, fortificada por los árabes y célebre por su función de vigía en el Camino Real citado. De igual modo, merece la pena visitarse la plaza de toros, única por su forma irregular y por la creencia de que en su origen pudo ser una lucerna paleocristiana. Para disfrutar de unas excelentes vistas, tanto del pueblo como de la hoz, conviene situarse en los miradores existentes en los caminos que se dirigen a los pueblos aledaños como las Casas del Cerro o las Eras de Alcalá.

Como obras arquitectónicas de interés destacan en Alcalá del Júcar, la parroquia de San Andrés (s. XVI al XVIII) con pórtico de entrada neoclásico, un puente sobre el Júcar de origen romano y reconstruido en el siglo XVIII, el castillo de origen árabe, aunque reformado en época cristiana, y la Ermita de San Lorenzo (s.XVIII).

Continuando la ruta trazada junto al Júcar, llegamos a Tolosa, de aquí en adelante el paisaje se hace cada vez más agreste, el cauce se estrecha y se convierte en "cañones" de una belleza extraordinaria.

Llegados a este punto los itinerarios posibles se multiplican. Como recomendación pueden valer parajes como Las Rochas, el Tranco del Lobo y El Molinar, estos dos últimos albergan los poblados de las dos antiguas centrales hidroeléctricas.

Finalmente, como último pueblo en nuestro recorrido, se encuentra Villa de Ves, antigua capital del Señorío de Ves y viejo albergue del Alcalde Corregidor, nombrado villazgo de las manos de Alfonso X. Hoy es un pueblo semiabandonado. Sin embargo revive todo su esplendor el 14 de Septiembre, día en que se celebra la romería en honor al Cristo de la Vida, guardado celosamente en el santuario homónimo del s.XVI. En él pueden contemplarse hermosas bóvedas góticas tardías, así como tres retablos, dos renacentistas y uno barroco, todos ellos de gran interés. También en este santuario y a través de una trampilla abierta en el suelo, se desciende a unas profundas criptas con algunas momias.

Concluida la ruta de la Hoz del Júcar, la visita de algunos pueblos del llano representan una alternativa para cambiar de paisaje y contemplar estupendas panorámicas desde la planicie. Así dejando la Hoz del Júcar a su paso por Jorquera y tomando la carretera que conduce a Casas de Juan Núñez, es obligado hacer un alto en el camino para asomarse a los miradores mencionados anteriormente. Una vez llegados al pueblo merece la pena pasear por el barrio de casas-cueva.

Pozo Lorente, por sus cotos de caza con abundantes especies, ofrece a todos los aficionados a este deporte un notable interés cinegético.

De Villavaliente podemos destacar las ruinas de un poblado ibérico denominado "Valenbonga".

Haremos un alto en Alatoz para visitar su iglesia dieciochesca de San Juan Bautista, declarada de interés cultural, con retablo neoclásico. Los alrededores de este pueblo serán motivo y excusa para detenerse y realizar alguna excursión a pie.

Por último, Carcelén es uno de los pueblos del llano más interesantes. Destaca especialmente el castillo fortaleza, del que se tiene escasa información, sabiendo únicamente que fue antigua mansión señorial y que está fechado hacia el s.XV.

En el ámbito festivo y tradicional, la celebración de la noche de "Los Montones" es visita obligada para cualquier curioso. Se celebra en el mes de Agosto y da comienzo a las fiestas mayores de Carcelén, consiste en una desesperada carrera de antorchas a través del monte que culmina con una gran hoguera en honor al Cristo. Los orígenes ancestrales de esta fiesta nos remiten a la persecución y quema de brujas.

VALLE DEL CABRIEL

La ribera del Cabriel, uno de los ríos más cristalinos de Europa, constituye la ruta ideal para los amantes de la naturaleza. Recomendamos que para disfrutar de toda la belleza de esta zona el recorrido se haga a pie o en bicicleta, bien provistos de equipos, agua y víveres. Rodeado de bosques y parajes totalmente vírgenes de notable interés ecológico, sus nacimientos de aguas termales fueron, al parecer, origen de asentamientos primitivos, así lo demuestran los restos de pinturas rupestres de sus márgenes.

De este a oeste, partiendo de las Casas del Río, donde se encuentra una noria del s.XVII, hoy restaurada y en funcionamiento, llegamos a Cilanco, aldea que conserva muestras típicas de la arquitectura tradicional como uno de los antiguos lavaderos y un cuidado sistema de distribución de aguas para el riego de sus múltiples huertas.

En Villatoya resulta imprescindible la visita al Balneario de la Concepción, data de 1.848 y sus aguas termales tienen excelentes propiedades medicinales.

Apenas unos kilómetros más llegamos a la antigua central de El Retorno. Siguiendo el curso del río encontramos La Terrera, paraje dotado de instalaciones que funcionan como Aula de Naturaleza, unos metros más arriba, el Balcón del Ensueño, un mirador que nos muestra toda la belleza del valle que surca este hermoso río.

Después el camino nos lleva a Tamayo, allí conviene hacer echar un vistazo a los restos de una calzada y un puente romanos.

Cabriel arriba, otro de los buenos lugares para darse un buen baño es el paraje denominado La Rueda. Muy pronto se llega al Molino de los Batanes y seguidamente a Los Cárceles, aldea todavía habitada que dispone de una buena zona de recreo donde disfrutar del paisaje, teniendo como fondo uno de los puentes más espectaculares sobre el Cabriel de la inacabada línea de ferrocarril Baeza-Utiel.

El río continúa, aunque sus mejores parajes en La Manchuela ya han quedado atrás. Sin embargo las posibilidades turísticas no se agotan.

Como alternativa próxima al Valle del Cabriel, puede disfrutar de la comodidad de un hotel y conocer la cultura y gastronomía de pueblos cercanos al río. Tal es el caso de los pueblos que componen el denominado Rincón de Ves, equidistantes del Júcar y el Cabriel: Casas de Ves, con un excelente retablo churrigueresco en la iglesia de Santa Quiteria, obra barroca (s.XVII - XVIII) y el Ayuntamiento (s.XVIII) hoy restaurado, así como las Salinas del Cuco, de propiedades curativas. Balsa de Ves, también con una parroquia barroca del s.XVIII y Villa de Ves , ya mencionada en el itinerario de la Hoz del Júcar.

Siguiendo la carretera en dirección a Casas Ibañez, llegamos a Alborea, del árabe "AL-BURAYAT" (La Torrecilla), cuyo origen proviene de una torre del s.VIII que fue construida para vigilar la calzada romano-árabe de Chinchilla a Requena, restos que se conservan cerca de la población, así como de la torre, situada junto a la iglesia de la Natividad (s. XVI).

En Casas Ibáñez, centro comarcal y de servicios, cuna de Bonifacio Sotos, uno de los creadores del Esperanto, merece la pena visitar la Parroquia de San Juan Bautista (s. XVI), obra barroca en la que destaca la Capilla de los Ochando de estilo rococó así como una importante talla de marfil del s.XVII. Además hay que reseñar la ermita de la Virgen de la Cabeza, obra sencilla y rodeada de parque, situada en las afueras de la población, donde el último domingo de abril el pueblo celebra de forma multitudinaria la romería de su patrona.

En dirección a Cuenca, encontramos Villamalea, que cuenta como obras más importantes la iglesia barroca de la Anunciación y la ermita de la Concepción del mismo período, con artesonado y coloristas pinturas murales.

Finalmente, ya en la provincia de Cuenca, El Herrumblar, el último pueblo de la comarca cercano al Cabriel, cuya tradición más destacada es la celebrada el Domingo de Resurrección. Según ésta los "quintos" construyen un chozo de flores para guardar al Niño hasta la procesión de la mañana siguiente. Como lugar de interés natural destaca el paraje de Mortanchinos.

LA LLANURA MANCHUELA

Como complemento a las rutas anteriores, y con la llanura como nota característica, podemos hacer un particular recorrido por siete pueblos salpicados de curiosidades y temas de interés. Todos ellos responden al denominador común de una misma arquitectura tradicional, el pueblo agrupado en torno a la iglesia o el ayuntamiento .

En Madrigueras encontramos a los últimos artesanos de "romanas", una bonita fachada rococó en la iglesia parroquial de San Pedro y San Pablo, y una destacada industria cuchillera en donde podrá elegir entre todo un muestrario de navajas para llevar como recuerdo.

Igualmente interesante resulta una visita a Navas de Jorquera para ver las reliquias de San Eleuterio y San Liberato, albergadas en su iglesia, o, de camino a Cenizate, al "chozo roscao", una de las más claras muestras de la arquitectura tradicional de La Manchuela.

Ya en Cenizate visitaremos la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves, declarada monumento de interés cultural, en cuyo interior se encuentra el precioso retablo barroco de San Antonio (s.XVII), con pilastras de formas humanas y realizado en madera tallada y policromada, además de unos frescos pertenecientes a la pintura ornamental mediterránea de los siglos XVIII y XIX, y dos óleos sobre madera del XVII.

De camino a Fuentealbilla, y muy próxima a esta población, se encuentra la llamada Cueva del Niño, de interés espeleológico, y El Galayo, antiguo cazadero prehistórico. También en este municipio son destacables unas salinas de origen romano que fueron cambiadas a sus dueños por Señorío de la Villa de Alpera en el siglo XV, y un "caput aquae", en buen estado de conservación, también de origen romano.

Para los amantes del arte, la visita a Golosalvo es obligada. En este pueblo está ubicada la iglesia parroquial de San Jorge (s.XVIII) donde se conserva la única estatua ecuestre de Salzillo.

Siguiendo la carretera nacional 322 hacia Albacete, Mahora nos traslada a un mundo pretérito cargado de esplendor durante los siglos XVII y XVIII, donde se entremezclan los más diversos estilos: gótico, renacimiento y rococó. Destacan en importancia la parroquia de la Asunción, de estilo gótico, que guarda en su interior un magnífico Crucificado de marfil hispanofilipino (s. XVII), y una casa-palacio con portada y torre de finales del seiscientos. En buena parte del casco urbano son numerosas las casas nobiliarias con portadas de sillería y labras heráldicas.

La ruta concluye en Abengibre, en cuyo término municipal se han hallado importantes restos ibéricos como la Vajilla de Plata. Esta fue encontrada en 1.934 en el llamado Vallejo de las Viñas, tienen una antigüedad de más de 2.500 años y sus inscripciones todavía no están totalmente descifradas. Aunque la vajilla original permanece en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, actualmente hay ocho réplicas de distintos tamaños que componen la colección expuesta en el museo del Ayuntamiento de Abengibre. Es recomendable visitar este municipio en septiembre, durante las fiestas patronales, para participar en los Alardes a San Miguel, una obra teatral basada en las batallas entre moros y cristianos de gran tradición e importancia histórica y turística.

HISTORIA DE LA MANCHUELA

El Valle del Júcar es una excelente vía de comunicación entre tierras levantinas y mesetarias. Esta permeabilidad geográfica ha sido causa, desde siempre de un continuo trasvase de mutuas influencias culturales, políticas y económicas. Pero, también por ser zona de contactos, las vicisitudes derivadas de nuestra conflictiva historia nacional, las han llevado frecuentemente a situaciones políticas y bélicas antagónicas.

Para la defensa de los límites entre ambas tierras ribereñas, fue necesario sembrar todo el cauce del río de un rosario de núcleos fortificados, entre los que tenemos que destacar forzosamente las villas de Ves, Alcalá del Júcar, Carcelén, y las fortalezas, hoy prácticamente irreconocibles, de Cubas y Garadén, situadas al nordeste de la actual provincia de Albacete y fronterizas con el antiguo Reino de Valencia.

Precisamente fue por esta tierra albacetense por donde se iniciaría la reconquista cristiana (1,211), de la mano del rey Alfonso VIII.

Perdidas de nuevo por los cristianos en manos musulmanas, un año después tuvo que volver el monarca sobre sus pasos para recuperarlas, hecho que nos describe la crónica con las siguientes palabras:

"...fue el rey Don Alonso con gientes de Madrit, e de Guadalaxara, e de Hupete, e de Cuenca, e de Uclés, e con los ricos-hombres, e prisieron a Jorquera, e a las cuevas (Garadén o Cubas), e Alcalá e otros castiellos..."

Definitivamente reconquistadas, estas tierras fueron agregadas a la circunscripción de Cuenca y puestas en posesión de varios caballeros.

El domingo 30 de mayo de 1.266, por un privilegio de Alfonso X, dado en Sevilla, se configuró territorialmente el concejo de Jorquera, amplia demarcación a la que se agregaron como aldeas algunas plazas amuralladas como Ves, Alcalá del Río, Carcelén y otros núcleos habitados en las planicies, de los que sólo conocemos sus nombres, y en la actualidad ilocalizables, ya que pronto se despoblaron.

Toda esta dilatada comarca nororiental, hoy albacetense, pasó a integrarse dentro del gran conjunto territorial de los Manuel, que fue el Señorío de Villena.

Siendo titular del Señorío Don Juan Manuel, por su albalá de 23 de mayo de 1.309, dada en Villar de Cantos (Cuenca), concedió a Jorquera los mismos privilegios que gozaba Chinchilla, con el ánimo de favorecer su repoblación. Juan II los confirmaría en San Martín de Valdeiglesias el 2 de octubre de 1.420, y sucesivamente lo harían los Reyes Católicos en 1496, Felipe II en 1570 y otros monarcas.

Conforme se produjo la repoblación de Jorquera, algunos de sus "barrios" llegaron a tener la suficiente entidad económica y demográfica como para que sus vecindarios consiguieran independizarse de la capital jurisdiccional. En los años que siguieron, la villa vería apartarse de ella algunas de las aldeas que se habían alimentado de su seno. En cierto modo la tierra de Jorquera será la historia de un despojo, cuyos primeros efectos se dejaron sentir a lo largo de la segunda mitad del siglo XIII y durante todo el siguiente.

La primera población en separarse fue Ves, al serle concedido el privilegio de villazgo en 1272 por Alfonso X. Su vecina Alcalá del Júcar lo consiguió en 1364, año en que se apartó de su jurisdicción , mientras que Carcelén, en 1398, pasó a integrarse definitivamente en un señorío aparte.

A pesar de todos estos cambios jurisdiccionales internos, exclusivos de estas villas, todas ellas (Carcelén aparte) continuaron integradas en la amplia demarcación que conformaba el Señorío de Villena, donde, a grandes rasgos, sus destinos corrieron la suerte común del resto de los pueblos que lo configuraban.

La desmembración del inmenso municipio de Jorquera daría lugar, pasados los años, a otras tres demarcaciones: la tierra de Ves, con capital en la citada villa,el Señorío de Villatoya y el Señorío de Carcelén.

OCIO Y TIEMPO LIBRE

Las actividades de ocio y tiempo libre cubren los aspectos más diversos en La Manchuela, aunque, casi todas ellas se agrupan en torno a tres grandes apartados, con frecuencia relacionados entre sí: la naturaleza, el deporte y la aventura.

Existe una nutrida oferta que nos remite a la práctica de deportes tradicionales como la pelota a mano y la petanca. Además de todas aquellas actividades, hoy más solicitadas, como piragüismo, rafting, paseos a caballo,senderismo, pesca, caza,cicloturismo y otras actividades vinculadas con el medio natural y la aventura.

Las rutas para los amantes de la naturaleza son múltiples y ofrecen grandes posibilidades; bien para conocer la historia y la orografía de La Manchuela y descubrir su flora y fauna, bien para practicar la fotografía o, simplemente, disfrutar de la naturaleza del modo más placentero.

En torno a los ríos Júcar y Cabriel se abre todo un abanico de posibilidades para hacer turismo. Parajes como "El Tranco del Lobo" y "El Molinar" en el Júcar y la central de "El Retorno", "La Terrera", "Tamayo", "La Rueda", "el Molino de Los Batanes" y "Los Cárceles" en el Cabriel, son algunos de los lugares más destacados por su gran belleza paisajística y sus zonas de recreo y baño.

Los aficionados a la pesca pueden disfrutar de esta actividad en ambos ríos. El Cabriel es un río limpio, de aguas poco profundas, rápidas y cristalinas, se presta a todas las modalidades de pesca. Las especies más comunes son la trucha arco iris, el barbo, la lubina e incluso la anguila. Sus aguas están declaradas trucheras a lo largo de todo su recorrido por la comarca. En este río existe un coto intensivo de pesca de trucha denominado "La Terrera" y situado en el paraje de la Presa de El Retorno, en el término municipal de Casas Ibáñez. En él se puede pescar todo el año.

En el Júcar las aguas son más profundas y mansas y predominan especies como la perca americana, el lucio, la carpa, el barbo y los cangrejos, también existen dos cotos de pesca intensivos, uno en el paraje de "Las Mariquillas" en el término municipal de Valdeganga, y otro en "Alcozarejos", pedanía ribereña perteneciente al municipio de Jorquera.

Los itinerarios en La Manchuela son múltiples en ambas vertientes, sin embargo, proponemos dos interesantes rutas para ocupar el tiempo libre: la RUTA DE LA MUELA, que recorre los alrededores de Alatoz y Carcelén, y la del FERROCABRIEL, de Casas Ibáñez a Los Cárceles.

RUTA DE LA MUELA

El recorrido comienza en el lavadero de Alatoz, cuyas aguas proceden de una pequeña fuente. Partiendo de ella nace el camino llamado Vereda Fuente de Sancho, una continua ascensión que oscila entre los 819 y los 1042 metros. Siguiendo esta vereda se llega a la Fuente del Moro y la Fuente de Sancho, ambas con su correspondiente alberca, allí veremos como el agua se remansa y riega algunas huertas.

Aprovisionados de agua para el camino, un trayecto se hace de visita obligada, nos referimos a la Cañada Real de Malafatón o de Los Serranos.

Finalmente podremos divisar la gran muela montañosa que da nombre a esta ruta, la amplia vaguada por la que discurre el arroyo de Dolonche y, enlazando con el camino viejo de Ayora, que bordea la Muela del General y está cercado por paredes de piedra, contemplar una extraordinaria vista panorámica.

El itinerario concluye entre las laderas de Peña Negra y del General, a 900 metros de altitud, en Carcelén. En esta población podremos reponer fuerzas visitando la ermita y el castillo.

RUTA DEL FERROCABRIEL

El itinerario sigue la línea inacabada del ferrocarril Baeza-Utiel, atravesando numerosos túneles, apeaderos, taludes, ramblas, pinares y puentes, saliendo al paso los característicos mojones de cemento con las iniciales "FC" de este particular proyecto de vía férrea. El cultivo predominante es la vid y como nota curiosa, de cuando en cuando, pueden verse refugios de piedra (cucos o chozos), construcciones típicas del centro norte de la provincia, empleadas para cobijarse para cobijarse y albergar los aperos de labranza, así como casetas de vigilancia del ferrocarril. El paisaje está salpicado de caseríos durante el primer tramo del sendero y, como puntos más destacados, hay que reseñar el nacimiento del Arroyo de la Aldea, el caserío de Los Borjas, la Huerta de Carreras, el Tollo de la Tortuga, el barranco de la Zúa y, por supuesto, el río Cabriel que da nombre a esta ruta.

El rumor de los pequeños saltos de agua, los remansos, la vegetación ribereña y algunas construcciones populares abandonadas desde tiempo inmemorial marcan el final recorrido.

Al subir una pendiente llegamos al punto más alto de este tramo. La ruta concluye en Los Cárceles, una pequeña aldea con muy buenas zonas para acampar y bañarse en el Cabriel.

 

Cualquiera que sea su decisión a la hora de descansar, comer o realizar actividades deportivas y de ocio, será acertada. La Manchuela cuenta con una variada guía de alojamientos, restaurantes, empresas de actividades que combinan el buen gusto con la sencillez y el trato amable y familiar para satisfacer las preferencias más diversa y disfrutar de unos días de descanso a lo largo y ancho de su geografía.

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