MEMORIA DE LA XXII MARCHA NERPIO-ALCARAZ

ORGANIZADORES: DIPUTACIÓN PROVINCIAL Y CENTRO EXCURSIONISTA DE ALBACETE

FECHAS DE CELEBRACION:
Del 4 al 11 de diciembre de 2004

AUTORES
Antonio Matea Martínez
Gerardo González Montero.

REALIZACIÓN
Centro Excursionista de Albacete

DRAMATIS PERSONAE:

MONITORES
GONZÁLEZ MONTERO, GERARDO
NOGUERO FERNÁNDEZ, FRANCISCO
MARTÍNEZ GONZÁLEZ, ANDRÉS PEDRO
MATEA MARTÍNEZ, ANTONIO

COCHE DE APOYO
CRESCENCIANO PÉREZ GÓMEZ

PERSONAL DE LA DIPUTACIÓN
MARÍA ISABEL OLIVARES
JOSÉ GARCÍA LANCIANO

PARTICIPANTES
CARBALLO MARTÍN, SANTIAGO
CORONADO TORREGROSA, LUIS
FRESNEDA PÉREZ, JUAN
VILLODRE CARRILERO, JULIO
VALLS CANTOS, PASCUAL
VALLS CANTOS, AMPARO
GONZÁLEZ PICAZO, FRANCISCO
CARRIÓN MILLÁN, CARMEN
JIMÉNEZ NÚÑEZ, MARÍA JOSÉ
RUÍZ SÁNCHEZ, MANUEL
MARTÍNEZ DESCALZO, ULPIANO
MARTÍNEZ VERGARA, MANUEL
CASCALES SEGURA, PEDRO
GONZÁLEZ DÍAZ, ALEJANDRO
HERNÁNDEZ MARTÍNEZ, SIGFREDO
ALBURQUERQUE TÉBAR, JOSÉ
MOLINA GUIRAO, JUAN AGUSTÍN
JIMÉNEZ JUÁREZ, JOSÉ MANUEL
YESTE MORENO, MARÍA PASCUALA
RODRÍGUEZ TERCERO, JOAQUÍN
TOBOSO ALFARO, JUAN MIGUEL
GALLARDO FRÍAS, NURIA SOLEDAD
NAVARRO HERNÁNDEZ, JOSÉ JAVIER
GUTIERREZ IZQUIERDO, LUIS
ALFARO JIMÉNEZ, ALFONSO JOSÉ
PLAZA BLÁZQUEZ, MARÍA REMEDIOS
OLIVARES NIETO, MARÍA ISABEL
ROLDÁN IBAÑEZ, CRISTINA
RAMÍREZ FERNÁNDEZ, JULIÁN
VILLORA GALLETERO, CARMEN

ITINERARIO:

DIA -------------------ITINERARIO ------------------------KILOMETROS
5/12/2004-------------NERPIO-SEGE----------------------------- 24,6
6/12/2004-------------SEGE-YESTE-------------------------------15,4
7/12/2004-------------YESTE-MOLINICOS---------------------- 18,4
8/12/2004-------------MOLINICOS-BOGARRA------------------19,5
9/12/2004-------------BOGARRA-PATERNA---------------------19
10/12/2004------------PATERNA-VIANOS----------------------- 21,9
11/12/2004------------VIANOS-ALCARAZ-----------------------12,7

INTRODUCCIÓN

Muchas y buenas son las razones que habríamos de dar para explicar nuestro atrevimiento aventurero a aquellos que con alevosía quisieran destemplar nuestro ánimo y encender nuestra cólera. Pero bástenos comprender aquello que hacemos, como para tener que dar explicaciones parcas o exageradas a quienes no han de encajar en el magín lo que les diéramos a entender. El mayor ciego del mundo es aquél que no quiere abrir los ojos a lo que tiene delante de sí, y el mayor sordo el que se tapa los oídos con manos torpes y groseras, ante palabras cuyo significado no acierta a interpretar, discernir o destramar.
Pero el mayor enamorado es quien está dispuesto a abrir su corazón a los demás, y así nuestro enamoramiento por la sierra nos predispone prestos a abrir los brazos a todos aquellos que quieran sumergirse con nosotros en sus entrañas, y así, enamorarse todos juntos a un tiempo de algo tan preciado y valioso. A todos aquellas gentes que estén dispuestas, como así se presupone que lo estamos nosotros, a brincar como cabras por los amenísimos campos de la sierra, por sus deleitosas praderías, a parlamentar con sus discretas gentes, a admirar sus extrovertidas costumbres y a convertirse durante una semana en unos serranos más, integrados en su espacio geográfico y en su materia viviente.
Homo sum, y como tal actuamos, aunque quizás, algunas veces, algunos olvidamos aquello del sapiens sapiens y andamos por las calles entontecidos con cañutos en las manos hinchando perros. Pero es nuestro parecer que los primeros faltos de memoria son los que no tienen costumbre de querer entender que haya gentes diversas, con gustos variados, con costumbres y pensamientos varios y diferentes, y se dejan influenciar por las rencillas y discordias que gusta sembrar el diablo por entre los hombres. Monos y retablos y maeses Pedros hay en la vida para que les hagan su entretenida, y allá se lo haya cada cual, y con su pan se lo coma, que el pensar, el entender y el actuar está en ser una u otra persona y de una u otra manera; existimos, luego pensamos, por tanto lo demás está demás, y no es menester explicar a nadie nuestra forma de vida.
Nuestro entendimiento quizás no llegue a todo lo alto que quisiéramos llegar a alcanzar, pero no nos faltarán entendederas para llegar a comprender lo que es blanco o es azul, o saber cuántos dedos de ancha tenemos la frente y a respetar aquello que predicara el cubano-francés Paul Lafargue del derecho a la pereza y la voluntad de cada cual de andar todo el día tendido de largo a largo en mullida cama, envuelto como ninfas en níveas sábanas. Pero creemos que las grandes hazañas no se hicieron para los perezosos, sino para las personas aventureras, aunque quizás no retumben jamás en los vientos trompetas, dulzainas, atabales y atambores para gloria alguna nuestra. Exigimos, sin embargo, se nos respete nuestro derecho a la actividad, muy propia del Homo faber, que dijera Unamuno, que es verdad aquello, aunque quizás aquí no venga a cuento, de que buey suelto bien se lame y bien predica quien bien vive, o la mujer del César no alcanza la fama sólo con serlo, sino también con parecerlo.
No nos empeñemos, por tanto, en indefinir y confundir los que otros quieren separar, definir y distinguir, que, como ya dijera el gran Cervantes, el soldado más bien parece muerto en la batalla que libre en la huida, y las heridas que recibe en el pecho estrellas son que guían a los demás hombres al camino de la honra. Y si no tenemos bastante con esta sentencia para guiar nuestro camino y entendimiento y evitar que nos confunda giganta Andandona alguna, ahí tenemos a su ahijado don Quijote, el más casto y enamorado caballero que hubo en el mundo, ánimo y espejo de los desmayados, aliento de los que van a caer, brazo de los caídos y consuelo de todos los desdichados, para animar nuestra felicísima carrera y andadura.
Luengos tiempos ha ya que venimos realizando esta marcha, por lo que es cosa excusada contar su número con letras de guarismo. Hemos aprendido durante todos estos años que sólo se aprende a vivir viviendo y sólo se aprende a querer la sierra recorriendo sus paisajes, sus ocultos rincones, y caminado por sus senderos. Aunque muchas veces es tarea dificultosa querer casar la vida y razón, pues si bien no se sueña dos veces el mismo sueño, nuestro sueño fue el de la vida unida a nuestra serranía y a los montes y valles que la conforman.
Durante siete días nos hemos sentido en el mundo de los vivos, trasmudados de un sitio a otro, libres como pájaros por los montes de nuestra sierra, caminando por trochas y veredas, sin echar jamás el paso atrás (bueno, es un decir, que tropiezos tiene el hombre, por muy regidor que éste sea, sobre todo aquellos que se dan en el barro), y sin poner el pie de hogaño en huella de antaño. Hemos abierto las puertas a Adeona y Abeona, divinidades del entrar y el salir, y a todos aquellos que han querido seguir nuestra estela durante siete días. Los que no han gustado celebrar con nosotros nuestro viaje, más cómodamente podrán hacerlo de forma virtual, sin que nadie les ponga estorbo, siguiendo estas páginas, que si sienten curiosidad alguna pronto la satisfaremos. Estadnos quedos y atentos, por tanto, que a nosotros no nos queda sino entiesar las orejas y dejarnos empujar por los vientos de la fortuna hasta la lejana ciudad de Alcaraz.

NERPIO - SEGE
¡Jurujujú!
Ni la Tatula, ni Mari-Gaila o Marica del Reino, con su enano lisiado, ni el Marqués de Bradomín con sus malas artes conquistadoras, habrían de impedir nuestro deseo de llegar a la lejana villa de Nerpio para comenzar nuestra andadura por esos montes de las sierras del Segura y Alcaraz.
¡Madre de Dios!
Ninguna tragicomedia de aldea fuera bastante para causarnos zozobra y hacernos perder la color y refrenar nuestras andaderas en sucesivo movimiento andatorio, para ir en busca de la ciudad de las dos torres. Ni aún se saliesen de su nivola mil personajes a reclamarnos que no diésemos fin a nuestro propósito, que de seguro no atenderíamos sus pendejadas ni ruegos.
¡Leoncitos a nosotros!
Ya podrían poner delante de nosotros mil fuentes ponzoñosas, traernos ante nos al mismísimo Tirano Banderas o alargarle en muchas leguas las patillas al diablo, que de ninguna manera iban a torcer nuestra voluntad aventurera, ni achantar nuestro sosegado ánimo para ir a Nerpio a visitar El Molino, Centro de Interpretación de su Parque Cultural.
Bien es verdad que la visita se hizo el día 4 de diciembre por la tarde para beber unas rubias y probar algunas de las deliciosas tapas que en el bar aparejan, pero por algo se empieza, que la cultura no está lidiada con el ejercicio de llenar las tripas, y si éstas no andan bien repletas poca ocasión habrá de ejercitar erudición alguna.
Nunca la gastronomía embotó la pluma ni las artes del saber enturbiaron las disposiciones de dar placer al estómago, que si éste no anda con buen gobierno pocos deseos habrá de saber, y menos aún de gobernar los pies para andar y dar volteretas por los estrechos y tenebrosos senderos de nuestra serranía.
De todas formas, después de cenar en la fonda Los Nogales, bien atendidos y entendidos por Juan Pedro, nos fuimos todos juntos a la Casa de la Cultura, donde Antonio García nos había invitado a un concierto de jazz a cargo de Missisippi Dixie Band.
Antonio Ximénez, Juan Eduardo Scalona, Vicente Pascual y Osvaldo Iglesias forman este grupo que durante algo más de una hora nos amenizó con su banjo, trompeta, trombón y tuba, recreándonos con la música de los años veinte a cuarenta del pasado siglo XX.
Largo aplauso les dimos antes de irnos a dormir aculados y enchipados al gimnasio, donde hacía un frío del demonio.
?¡Joder que si hacía frío! ?nos dijo Manu a la mañana siguiente. ?¡Si hasta me tuve que meter las manos en los huevos para entrar en calor!
Para colmo todo el día estuvo lloviendo, por lo que fue preciso caminar bien arrebujados, unos junto a otros, como patos por rastrojo. El búho debió estar cantando toda la noche, pues dicen que si el búho canta, o hace templado o llueve. Y así fue cuando pasamos junto a El Chuzo, por debajo de El Macalón y por las primeras casas de Turrilla.

Turrilla para el regalo,
las Cañás pa la nobleza,
para industria Pedro Andrés,
para marchantes La Dehesa.

Tuvimos que hacer por añadidura unos seis kilómetros más, rompiendo monte y a ritacabra como los macheros, pues la etapa acabó en Sege, en lugar de Beg como estaba previsto. En esta aldea queríamos haber saludado a Paco Boteo, para que nos hiciese una demostración de sus artes imitadoras, pero no hubo ocasión, aunque sí vimos a otras gentes que quisieron darnos cama y posada.
Es sencilla la gente de la sierra, y quizás viven, muchos de ellos, con modos de vida ya caducos, pero tienen el corazón hinchado, como la copa de un pino, y hacen bandera de la hospitalidad.
- ¿De dónde venís vusotros? ?nos preguntó una madama entrada en años con retuertas palabras y haciendo atribulaciones y arropías.
-De Nerpio - le respondimos rezongando y haciendo morisquetas.
- ¿De tan lejos con este tiempo?
La jornada acabó con la cansera en el Centro Social de Sege, atormentados, arriñonados y embarrados, después de todo el día subiendo y bajando cerros como chalacas. Allí, Andrés y Crescenciano nos sacaron de nuestra cuita con unas judías con oreja de marrano y unas chuletas del mismo animal en salsa, previamente preparadas. Como dice un dicho decidero:
¡Ay si el cerdo volara!
¡No habría ave que lo igualara!

Agradecer a Emilia, la pedánea de Sege, la colaboración prestada y su buana disposición, que no hizo un poco más llevadera la estancia en esta Aldea.

SEGE - YESTE
El dólar sigue bajando y Luis nos confiesa que ha comprado dólares, pensando que a partir de ahora comenzaría su revalorización. La policía francesa pierde una bolsa de explosivos en el aeropuerto de París, mientras varios policías realizaban un ejercicio de entrenamiento, y un sargento francés se atrinchera en un polvorín repleto de explosivos para evitar que lo jubilen.
¡Luego dicen de los militares españoles que ensayaban una simulación de secuestro en una cafetería de Madrid!
Ayer domingo ganamos la copa Davis y la final del campeonato del mundo de fútbol sala. La radio dice que la OPEP se va a reunir para una posible bajada de la producción de crudo, que un hombre tira a una mujer por la ventana de un segundo piso desde Oviedo en la noche de bodas y que va a seguir lloviendo.
¡Arte del diablo! ¡Cómo está el mundo!
Cuenta Sege con 79 habitantes, 38 varones y 41 mujeres, y es la aldea de Yeste más alejada de la villa por este sector meridional. Se cuenta en esta población una leyenda sobre unas huellas alargadas marcadas en la roca, según la cual esas huellas pudieran ser del carro que llevaba a la Virgen María y a San José en su búsqueda de posada la Noche Buena que nació el Niño Dios. Pero el caso es que nosotros pasamos por donde se supone que debíamos de pasar, sin hallar rastro de esas rodadas.
Nada más pasar la Tiná de los Pozos nos desviamos por un camino que nos lleva hacia Los Escalones, unos ranchales por donde bajamos hacia La Graya, aunque en un principio estaba previsto cruzar el río Segura por el cortijo de Los Siseros. La niebla nos impide ver la belleza del valle, pero a duras penas podemos distinguir, mientras seguimos por unos ramblizos y más tarde por unas longuericas, La Muela de La Graya y La Molata, donde existen unos restos pretéritos de la Edad del Bronce.
También se distinguen en lo alto de los voladeros un par de tejos, arremetidos en el cantil junto a unos rasillos y fácilmente distinguibles por su ramaje obscuro. Ya conocemos el carácter tóxico de este árbol, aunque se emplea también en la curación de algunos tipos de cáncer.
Varios farandules hacen huelgo junto a un bar en La Graya.
¡Ay sin don Ramón del Valle-Inclán levantara la cabeza! Mandaría presto al generalito Banderas, o a algún otro caciquillo de poca monta, a ponerlos raudo a laborar, aunque fuera día festivo y de guardar.
Pero gracias a estos zascandiles parladores reconocemos el bar, pues no hay título alguno en la puerta que así lo haga saber, Así podemos dar cuenta de unas cervezas pro indiviso con unos huevos fritos de gallina de corral y unas morcillas caseras deliciosas, que desprendían un tufillo capaz de enderezar a un difunto. Algunos otros, sin embargo, prefirieron el almuerzo llevado por Crescenciano con su furgoneta, en la que se hicieron las partijas, sin perito alguno, de media tripa de salchichón, o lata de sardinas, y una naranja.
Hubo ocasión de catar también el contenido de una botella de zurracapote de dos litros que había en el bar, que quedó, por cierto, completamente seca, aunque fue menester tomar a oscuras esta esencia de dioses, pues el bar se cubrió de tinieblas y la claror ya no volvió mientras allí anduvimos. Esta bebida, muy conocida en la sierra, se fabrica con aguardiente, azúcar, canela en rama, nuez moscada y mosto.
La verdad es que entra suave, pero ¡mil retruécanos, cómo pega!
Luis, mientras seguimos por la carretera hacia el cortijo de Los Siseros, por donde vamos a enfilar el camino de Yeste, nos va contando su experiencia con los masajes tailandeses. Pero a la vez nos habla de la pobreza de Tailandia, la miseria más bien, que fuerza a muchas mujeres y niñas a la prostitución. Es éste un problema que ha concienciado a muchos países, que han procurado tomar medidas para atajarlo, pero aún así, según las estadísticas, sigue creciendo y se considera que son muchos los miles y miles de niñas que se prostituyen en el mundo, en muchos casos obligadas por sus mismos padres.
En Yeste, adonde llegamos dando resuellos, aguijoneados por las atrayentes feromonas de la cerveza, acabamos la jornada cenando en el Hotel Yeste. Tras alzar los manteles de la cena, Paco Boteo, que acudió allí con su novia colombiana y con su hermano, amenizó la velada con algunas de sus imitaciones. El lobo, el perro, la perdiz, la codorniz, el gallo, la gallina, el jabalí y el vuelo de la mosca fueron interpretadas con precisa exactitud. Pero su éxtasis llegó cuando comenzó a dar rebuznos, arte en el que es un emérito maestro.
Hay que decir también que Paco, creyéndose el rey de la noche o el ave Fénix renacido de sus cenizas, pero con las entendederas hueras, se puso a contar chistes, tan malos y tan mal hechos, que la gente comenzó a hacer cruces y arregaños y a sentir el deseo de ir a dar los ojos al sueño.
Alguien le hizo algún comentario sobre el pino hembra de Beg, citando que estos árboles son monoicos, es decir que no existen ejemplares machos y hembras por separado. Pero intentar torcer la idea ya torcida que tiene Boteo sobre su pino hembra es como querer comulgar con ruedas de molino o querer sacar las aguas de un río con un dedal.
Es obligado citar también que la diputada de cultura de la Diputación Provincial le encargó a Paco Boteo unas bragas y un sujetador de esparto, aunque tanicuanto le pidieron el estipendio a aquella se le mudó el rostro de color y se quedó tan arrugada como un higo.
¡Claro, dadas las medidas, era mucha la pleita que habría que emplear en el teje maneje del asunto!
Los que dormimos de balde tomamos como descansadero la Residencia de Estudiantes Beneche, donde por fin pudimos tomar una ducha y dar en sitio blando con nuestros huesos tras dos días de andadura.

YESTE - MOLINICOS
Yeste está formado por numerosos núcleos de población, bastante separados unos de otros, y, aunque la distancia entre ellos y la villa no es muy grande, las irregulares carreteras y la orografía la acrecienta en gran manera, por lo que hace dificultoso el traslado de estudiantes diariamente. Para facilitar la permanencia en la villa de aquellos alumnos que acuden al instituto de enseñanza secundaria existe una residencia, lugar en el que hemos hecho sueño, que tiene todas las comodidades para su alojamiento y estudio.
Dentro de la dinamización turística emprendida en todos los municipios que forman la Mancomunidad de Municipios Sierra del Segura, se ha dotado a todos ellos con un punto virtual de información. Así, a cualquier hora del día y de la noche, cualquier visitante podrá obtener particularidades sobre alojamientos, restauración, visitas turísticas, monumentos, etc.
El punto de información virtual de Yeste se encuentra junto al castillo, edificio que se puede visitar a diario con un guía al precio de un euro. En este precio se incluye también la visita a la iglesia de la Asunción y al convento de San Francisco. Este convento se encuentra en la Plaza del Convento, donde también está situada la Escuela Taller “Castillo de Istre”, que se ha encargado de los trabajos de rehabilitación del castillo y acondicionamiento de su entorno, la Asociación Musical Beneche y el Aula de Educación de Adultos.
El castillo se encuentra enclavado sobre una roca, con unas impresionantes vistas de todo el valle del Segura y una extraordinaria panorámica de todo el pueblo. Sus murallas están revestidas por la hiedra, el té de roca, el beleño y algunas otras matas de carácter rupícola. El beleño es una planta alucinógena, que produce sensaciones de ligereza, hasta tal punto que quien se encuentra bajo sus efectos se siente volar, sin alas y sin artilugio alguno, por los aires.
También se celebra en Yeste el último fin de semana de octubre una feria de tradiciones populares, con la intención de mantener las tradiciones y raíces del pueblo y la cultura que se guarda en él desde tiempos ancestrales. En esta feria se realiza un mercadillo de artesanía y de productos agrícolas, se muestran oficios artesanos, ya casi caducos, una exposición fotográfica, una matanza tradicional e incluso se realizan rutas en burro. Todo ello se corona con un encuentro de cuadrillas, que permite finalizar el evento al son de la música tradicional.
Salimos de Yeste, matalotaje en dorso, como era preceptivo a diario, por la carretera de Boche, pueblo que recomendamos visitar para tantear el delicioso potaje bochero que allí preparan hilando fino. Aunque nadie se piense que es un guiso compuesto de patatas, judías ni nada parecido, pues sus simples son el jamón, las ñoras y los huevos fritos.
Un prolongado descenso por unos poyatos desgajados de arboleda nos lleva hasta la aldea de Jartos, en la que Crescenciano nos tiene preparado el avío con mucho interés. Venga Lanciano, cántate algo.

Si pasas por Madrigueras
aprieta bastante el culo,
por cada pedo que te eches,
te van a cobrar un duro.
Un camión de putas va pa Toledo,
a mitad de camino putas al suelo,
putas al suelo, putas al suelo,
un camión de putas va pa Toledo.

-Diputada- continúa Lanciano-, ¿quieres una naranja? ¿Me la pelas o te la pelo? Colitas, ¿dónde está mi Colitas? Amparito, ¿nos psicoanalizamos?
-Pascual, Pascual -dice algún paniaguado? que se te quieren follar a la hermana.
Tras dejar a un lado los cortijos de Los Luises, donde vemos una bonita cortina, tejida con juncos, buscaremos el puente colgante que nos va a permitir cruzar el río Tus. Desde aquí seguiremos la carretera hacia Arroyo Morote, aunque antes de llegar a esta aldea yestera vamos a buscar un camino que nos introduce por una espectacular barranquera que viene de Molinicos.
Ya con la columbra de las primeras casas de Molinicos nos desviamos a la diestra para pasar junto a la estropeada torre árabe del Cortijo León, sin querer hacer averiguaciones si en ella hay cautiva alguna princesa malparada o algún caballero oprimido, a la protección y amparo de algún malvado encantador. Enfrente podemos ver los restos de otro torreón morisco también desmochado: la torre del Montañés, por lo que nos hacemos cruces para que Dios no nos quite el amparo de andar por los caminos y nos evite que salga algún sarraceno en cabalgada que quiera bajarnos cautivos al moro.
Llevamos mucho interés en seguir de nuevo por el arroyo hacia el pueblo, aunque en ese momento se presentó para recibirnos el alcalde de Molinicos.
Después de algunas incursiones por el barro, cuando llegamos al bar la primera punta del grupo, adonde entramos ahuecados sin grandes comedimientos y tras dejar las mochilas desamparadas en la calle, nos dijo rutando el pelavaras del camarero:
?No cojáis el teléfono que se queda encallao.
Casi ná. Se nos quedó trasfigurao el rostro y se nos fue la color. Un poco más y nos descoyuntamos de risa. Además, en la cena, cada vez que se le pedía algo al trascabriado y tontuelo camarero, el muy cuco hacía atrujos y remilgos de guardar paciencia, a la vez que farfullaba una y otra vez, no sabemos qué tipo de rancias y trascachadas melodías.
¡Un auténtico esperpento! Don Ramón seguro que no lo hubiera igualado, por muchos años y empeño que hubiese puesto en ello.
Es preciso agradecer al alcalde su querencia por venir a saludarnos y hacer de zahorí de los guías durante el último trecho del camino. Pocos regidores han tenido tal deferencia para con nosotros en los últimos años.
Después de cenar, nos convidó a todos a unos pulsos de orujo, que nos hizo ir chispones a sueños y olvidar y perdonar nuestra entremetida en el fango.

MOLINICOS - BOGARRA
“De una viuda y un viudo nace un niño vestido de luto”, dice Ramón Gómez de la Serna en una de sus greguerías. "Aparecen días tan húmedos que hasta los tenedores sienten reuma"; "¡Oh!: puñetazo por sorpresa en un ojo de lo escrito"; “Nos desconocemos a nosotros mismos, porque nosotros mismos estamos detrás de nosotros mismos” y "Un tumulto es un bulto que les suele salir a las multitudes" son algunas otras de las metáforas humorísticas de este autor vanguardista. Claro que para greguerías las de Lanciano, que anda todo el día diciendo gilipolleces. El caso es hablar y hablar y no parar nunca, aunque sea para decir desabridos, si bien hay que reconocer su buen hacer en la marcha y su muy fina y entera sabiduría.

No hay árbol como el nogal,
Ni fruto como el madroño…
Del gallo quisiera el canto
y del burro el instrumento…

Estaba empeñado Lanciano en que había que tomar la Peña Perico, que aparecía ilustrada a primeras horas de la mañana, aprovechando el fuerte viento de levante, y gobernarla como Sancho Panza gobernó la ínsula Barataria.
¡Manda huevos! Quería incluso pedir un par de helicópteros de apoyo a Pepe Bono y reclutar a varias comadres para ese fin, pero éstas empezaron muy pronto con las reivindicaciones femeninas, por lo que fue rechazado su reclutamiento. Ni ricos, ni señores, ni siervos, habrían de habitar aquella república, sólo pobretones, mendigos, golfantes, rapazas, mujerucas, algunos labriegos y pastores que halláremos por los caminos. Y, con mucho, el idiota de Juana la Reina, montado en su carretón, y el Compadre Miau de regidor.
Y dale, dale con la Peña Perico, ¡menuda cantinela cogió! Le entró fiera la dolor de la conquista y no había forma de que cambiase la tocata.
A las cuestas arriba quiero mi burro,
que las cuestas abajo yo me las bajo.
¡Ay que me rulo, ay que me rulo!,
pero no por el suelo que está muy duro.
Se iba a celebrar en Molinicos el fin de semana siguiente a nuestra estancia el I Festival de Cuentacuentos, en el que participaba nuestra amiga y compañera de marcha, en ediciones anteriores, Eva María Sánchez Flores. Con el programa “Al amor de la lumbre” se pretende rescatar las luminarias del solsticio de invierno y el hermoso arte y entretenimiento de contar cuentos e historias junto a la luz y calor del fuego hogareño.
Se intenta motivar y desarrollar, aprovechando una fiesta de gran arraigo popular, como es Santa Lucía (que Dios nos conserve la vista), que los niños pregunten en sus casas a sus padres y abuelos, que se interesen por estas narraciones populares de carácter invernal y hogareño. A la vez se pretende recoger cuentos olvidados, o dar a conocer aquellos que aún se siguen contando, y descubrir a aquellos narradores que estén dotados de una gracia especial para contar todo tipo de historias y, sobre todo, pasarlo bien en un ambiente casi familiar.
Tras salir de Molinicos con la claror, sin el taichí de rigor, pues Nuria, la preceptora y dirigepasos de la disciplina, se había ido ese día a la aldea de Pinilla, nos dirigimos mismamente a esta aldea. A continuación comenzamos a bajar por una preciosa senda que, rodeada de pinos resineros y numerosos enebros de la miera, nos lleva hasta Los Alejos, lugar de parada y almuerzo. Junto al puente colgante sobre el río Mundo se puede apreciar la gran pared de toba que hay bajo el pueblo y dos grandes paneles explicando la fauna y flora del lugar, aunque hay que significar que con algún error de bulto.
Las tobas son rocas formadas por la precipitación sobre diferentes vegetales del carbonato de calcio contenido en el agua, que de forma constante o frecuente cae sobre ellas. El carbonato cálcico va formando una capa muy fina alrededor de la planta, de forma que finalmente ésta desaparece, quedando sólo sus formas y una costra que la envuelve por completo.
Desde Los Alejos seguimos una senda que atraviesa unas longuericas, rodeadas de pinos y olivos, por donde buscamos galgueando las casas de Cabezallera. Esta senda forma parte del camino histórico de Molinicos a Bogarra, como así viene reflejado en el plano 1:50.000 del Instituto Geográfico Nacional, y su recorrido es una auténtica maravilla, sobre todo el descenso por el quijero del río de los Vadillos. Todo este lugar es llamado en Bogarra La Mierera, seguramente porque habría antiguamente algún horno para extraer esta resina de los enebros.
Hacia el Este queda el valle del río Mundo, en el que da fin a su curso, un kilómetro más abajo, el de los “Vahillos”, con las casas de Las Toñeras y Vizcaínos más al Este, por donde también desemboca el río de Bogarra. Existe una profunda sima por este lugar, que hace poco tiempo fue explorada por un grupo espeleológico de no sabemos dónde.
Es una de las zonas más hermosas de la Sierra de Alcaraz, aunque ahora se empeñan en llamarla Sierra del Segura, quizás también con algo de razón, ya que queda dentro de la cuenca hidrográfica del río Segura. Pero históricamente se denominó Sierra de Alcaraz a todo el territorio que quedaba bajo la jurisdicción del concejo de Alcaraz, y éste marcaba su límite por el Sur en el Calar del Mundo, lugar donde comenzaba la encomienda santiaguista de Segura, más tarde dividida en varias, entre ellas la de Yeste y Taibilla.
La subida hacia Bogarra la hicimos presurosos, rodeando el Haza de las Ánimas y dejando a la izquierda el camino que conduce a las casas de Las Puentecillas. Seguidamente tomamos desvío hacia un collado, situado entre El Padrastro y El Picayo, por do entramos abichados por una senda, sin pagar portazgo ni asadura alguna, para descender a continuación al pueblo como caballos parejeños.
En Bogarra se terció dar una vuelta por sus tortuosas y empinadas callejas, en las que aparecen numerosas imágenes de la Virgen y diferentes santos en los lugares con fuentes, callejuelas todas ellas que nos hacen dar el salto a otras épocas pretéritas. Fuimos también a la Plaza del Cabezuelo, donde está la copia de la esfinge de Haches y la casa del pintor Quijano, tan nombrada por Lanciano, con su falo en el tejado, llamado de otra manera polla.
En el Mesón El Cazador nos fue puesta ante nuestros ojos, para nuestro gusto y regusto, una olla con judías morunas muy rebien hecha, con algo más de vaca que carnero, manitas de cerdo y algunas sustanciosas piezas de jamón. Sin palomo de añadidura, pues Gerardo lo tiene prohibido por prescripción palatina. Aunque la especialidad de la casa, según muestra un recorte de periódico en la pared, es el cocido, que Ambrosia prepara con una maña y un saber culinario especial que le otorgan los aires de la sierra.
Trocada el hambre en hartura y bajo la atenta mirada de un tejón disecado, un zorro, un rayón, una cabeza de jabalí y algún otro lagartijo, Santiago, mañero como todas las noches, preparó una queimada que escanció con muy buenas maneras. De allí partimos todos los durmientes en suelo, bien curtidos de aguardiente, a hacer la anochecida y a sufrir alucinaciones afermentadas al Centro Cultural, situado junto a la plaza de toros del pueblo.

BOGARRA - PATERNA DEL MADERA
La FAO alerta de la muerte por hambre de cinco millones de niños en el mundo al año, mientras que otros veinte millones sufren malnutrición. Un conductor suicida provoca un accidente en la autovía de Madrid Burgos, causando la muerte de un matrimonio y la suya propia, científicos americanos descubren las claves genéticas del sentido del olfato, se descubre la secuencia de nucleótidos del genoma de la gallina y el cambio climático, como consecuencia del efecto invernadero, sigue su inexorable avance.
¡Vaya noticias para empezar la mañana!
El creciente consumo de carbón y petróleo desde finales de la década de 1940 ha llevado a concentraciones cada vez mayores de dióxido de carbono en el aire. El aumento de este gas, aunque permite la entrada de la energía solar, reduce la reemisión de rayos solares al espacio exterior, generando una tendencia al calentamiento que podría afectar al clima global y provocar el deshielo parcial de los casquetes polares. Esto es lo que llamamos efecto invernadero.
Esta concentración de gas en la atmósfera es lo que permite, junto a otros gases, la vida en el planeta, pues sin ellos la temperatura media rondaría los 18 grados bajo cero, en lugar de los 15 sobre cero que hay en condiciones normales. Pero el aumento de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles hace que suba la temperatura, cuya consecuencia directa es el aumento del nivel de mar y la modificación del régimen de lluvias en el mundo, lo que lleva a veces a provocar auténticos desastres naturales. España, calculan los entendidos, se irá convirtiendo en un desierto poco a poco, y el norte de Europa tendrá un clima más templado. Y esto irá ocurriendo, de hecho ya están notándose sus efectos, si no se toman medidas y se reducen las emisiones atmosféricas de anhídrido carbónico.
Otra consecuencia de la quema de combustibles es la lluvia ácida, que se produce cuando el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno emitidos a la atmósfera reaccionan con el vapor de agua y el oxígeno, produciendo ácido sulfúrico y ácido nítrico. Estos ácidos caen a la tierra y destruyen los nutrientes y minerales del suelo, vitales para el desarrollo de las plantas, e incluso provoca el deterioro de los mismos tejidos vegetales, afectando al proceso de la fotosíntesis, que, como ya vimos en el proyecto de este año, es vital para el desarrollo de la vida en este planeta que llamamos Tierra.

Hasta Gerardo se puso el muy gateras a hacer taichí en Bogarra. Tanto farfullar y llamar histriones a los que se entretenían con estos menesteres y luego es él mismo el que se disfraza de cachidiablo y actúa en la entretenida.

Aunque hay que reconocer que ese día la etapa no era muy dificultosa ni tremendista, para algunos se iba a hacer más larga de lo que estaba previsto. Y es que la etapa que finaliza en Paterna tiene un color especial, tiene un no sé qué que no sabemos explicar y que siempre lleva al desmadre general.
¿Será por la cercanía del Batán del Puerto y del Cortijo Tortas?

Comenzamos a caminar por la orilla del río Bogarra, pasando al poco junto a la fuente de La Presa, donde hay una pequeña imagen de la Virgen de Cortes, protegida por un pequeño edificio. Entre salvias, rosales silvestres, clemátides y alguna rubia peregrina llegamos al Batán de Bogarra, lugar en el que hallamos una pequeña charca, donde pudimos ver nadar a una anátida, llamada vulgarmente pato. Se encuentra allí también el restaurante El Batanero, otro lugar privilegiado para probar algún salpicón de la sierra.
Pudimos leer en las paredes de este restaurante una placa con estos versos:

Nací el 22 de agosto
en este bello lugar,
hasta el día que me muera
batanero me han de llamar.

Hay también por encima del charco del pato una cascada que llaman El Chorraero y, más arriba todavía, una covacha, llamada la Cueva de La Mora. Se cuenta que todos los días 24 de junio, día de San Juan, sale de esta gruta una mora encantada que deja encantados a todos los que se acercan a ella. Se dice también que en su interior hay una piedra con forma de cabeza de toro, pero nadie, que nosotros sepamos, se ha adentrado en la cueva para comprobar la veracidad de esta historia.
También por el río Madera se cuenta otra historia de una encantada, que aparecía, en este caso, con unos papeles en la mano, mientras corría de forma alocada. Pero ya sabemos que las historias de encantadas abundan por toda la sierra, siempre en cuevas o lugares con agua.
A partir del Batán de Bogarra empezó el desmadre.

Un grupo de avanzadilla salió en dirección a Las Mohedas, donde José y Adelaida nos esperaban con unos huevos fritos, unos filetes de lomo y por supuesto unas cervezas. Cuando ese grupo de privilegiados se apeó de sus monturas y comenzó a dar cuenta del compango, holgándose, además, mucho de ello, empezaron a llegar los demás miembros de la marcha, convirtiendo aquel almuerzo en mitad de la sierra en algo difícil de olvidar.
Pero algunos morugos le cogieron tanto gusto y regusto al sitio que cuando iban a salir, sin pensarlo ni repensarlo, decidieron tomarse unos licores que allí, en el bar Pepe, hacen con mucho mimo y cariño. Así empezaron a degustar el licor de moras, el de nueces verdes, el de endrinas...
De ahí a hacer la combina y fuga al Batán del puerto y al Cortijo Tortas fue todo uno. Antonio, el monitor, Manu, Manolo “Colitas”, Chimo y aquél que llaman en su casa Crescenciano salieron acucados con la furgoneta dando rabotás y haciendo zalemas, prestos a iniciar este recorrido turísticogastronomicolicorero que volvieron a Gerardo como un basilisco. Hasta le llegó a colgar el teléfono a Antonio, cuando éste intentaba encontrar la manera de explicarle dónde se hallaban.
El díscolo monitor no ignora que esta perínclita escapada le habrá costado su exclusión de pro del grupo directivo de la marcha para años venideros. Pero a buen pagador no le duelen prendas y la acción realizada fue de per signum crucis y muy señor mío, pues la María de Tortas es como una bruja, que atrae con sus embrujados licores, con sus deliciosas pócimas aguardientadas y edulcoradas, a todos aquellos que han sido previamente sometidos a su potenciado hechizo.
Aquello fue como un silogismo, pues la María sacó a los cincos tránsfugas un arroz caldoso del día anterior que, aunque algo pasado, sabía a gloria. ¿O tal vez era porque los licores de nuez, de cantueso, mejorana, escaramujo, membrillo, moras, guindas, y alguno más que no recordamos, y las cervezas que llevaban entre pecho y espalda les había dejado estéril y zangarreado el sentido del gusto?
¡Joder cómo les cundía el soplo!
El caso es que el regusto que les quedó a los cinco réprobos fue un malestar cefálico y un reflujo terrible, una vez pasada y acabada la licorera escapada. Aunque la mancuerda del reflujo y el cabreo de Gerardo, creen ellos, merecieron la pena.

Para colmo a Gerardo le entró la temblor, y quedó batiendo alas como un vencejo, cuando se las gobernó para tener que pasar en nora tal bajo el futbolín, humeando, pitillo en boca, tras perder una partida con Juan, frente a Ulpiano y Santiago. Bueno, en realidad no fue por perder, sino por encajar siete goles y no ser capaces, él y su compañero, de embutir ni uno.
El arroz caldoso del restaurante Almenara, sin desmerecer a nadie, no fue muy abundantoso, aunque no había que hacer sino como las lentejas, o tomarlas o dejarlas.
¡Días felices aquellos de Bogarra en los que había corderos que sacar de la olla!
No íbamos a cantar esa noche aquello de: muera Marta, pero muera harta, y algún peregrino se quejó de tener vacía la botarga, o incluso de ir a justicias a reclamar su pitanza a más altas alturas. Pero la hechura estaba ya hecha y no había forma de deshacerla de ninguna manera, y no quedaba sino dejar a un lado las quejumbres e ir a platicar un rato al bar o a dormirla al cine, donde a buen seguro no se hallaría la cama demasiado blanda, a lo menos no tan blanda como a nosotros nos hubiera gustado hallarla.

PATERNA DEL MADERA-VIANOS
La Asociación de Amigos de Paterna del Madera ha señalizado con suma precisión un gran número de senderos que parten o pasan por el término municipal de esta villa del Madera. Bien es verdad que el río que corre bajo sus pies es el río de los Viñazos, no el Madera, si bien se unirá a este último unos kilómetros más abajo de Paterna. Se ha denominado a este conjunto de senderos “Plan de senderos Verdenace”, en homenaje a Joaquín Muñoz Pozo, a quien cariñosamente llamaban El Penas y también Verdenace, ya que en cierta ocasión al preguntarle alguien el nombre de una planta respondió que se llamaba verdenace.
Este hombre sabio de la sierra, fallecido hace poco más de un año, este pastor-poeta, acompañó en numerosas ocasiones como guía al grupo de personas que se dedicaban a señalizar y marcar los mencionados senderos. Su buen hacer, su humor irónico, su gran amor por la sierra y el estar dispuesto siempre a ayudar a los demás le hizo granjearse el cariño de todos los paterneros, que le han colocado una placa de homenaje, para que perdure su memoria, en el Calar de la Osera.
-Aquí no me importaría morir –dijo en cierta ocasión de este lugar.
La última cumbre que visitó, poco antes de que la muerte le diese la mano, fue el pico Almenara, “donde se está más cerca del cielo”, como él decía. “Se murió sin ruido, sin molestar a nadie”, como dice Antonio Torres García, presidente de la Asociación Amigos de Paterna. Tal vez se fue haciendo planes para seguir las excursiones con sus amigos, a quienes hablaba con su voz profunda y desgarrada; desgarrada por la pasión que sentía por Paterna del Madera.
Su alma campesina andará todavía por los montes de la sierra, recorriendo, vara en la mano, los caminos que conducen a la eternidad. Como pequeño homenaje a este hombre, a este poeta inventor de palabras, queremos poner aquí algunos de sus versos y decirle, allá donde esté, que compartimos su pasión por la serranía y sus ganas de recorrerla, y que cada vez que crucemos de nuevo por Paterna rememoraremos su nombre y su poesía.

Son muchas y más se suman
las promesas sin cumplir,
cuando llegan elecciones
ganas me dan de reír.
Unos prometen la luna,
otros la estrella de oriente,
y al que roba unas colillas
lo tratan de delincuente.
Como barco a la deriva
que navega en alta mar
¡basta mi España querida!
destinada a naufragar.
Mal haya el que mal te quiera
como lo siento lo digo,
¿para qué prometes tanto
si poco será cumplido?
Las vanidades me asombran,
el insulto y colorido,
le demos a nuestro pueblo
lo que tiene merecido.
Como trabaja la hormiga,
si nosotros trabajáramos,
España sería reina
de otros pueblos soberanos.

De Paterna seguimos el camino que, completamente marcado con balizas y pequeños paneles, conduce hasta Vianos, pasando por el Collado Lumbreras y por el río de las Acequias. El pino salgareño, llamado por aquí pino blanco, nos envuelve por completo, con sus extrañas formas y aspectos, envueltos en un resquemor de misterio por la niebla. También abunda la mejorana, los espinos albares, el rosal silvestre y las setas negrillas, que por fin pueden recolectar Alfonso, Nemes, Manu y algún otro setero accidental.
Ulpiano camina sin su gorro peruano, que perdió en Paterna, y Lanciano, que a pesar de la niebla no puede enfrenar la lengua ni un minuto, suelta una de sus retóricas:

Mariqueta, Mariqueta, estate quieta,
no me pegues tirones de la bragueta.
Y aunque no te lo he visto me lo figuro,
del color de la cara tienes el culo.

De repente, por un verdugal, tras pasar la recuesta del cortijo de la Fuensomera y llegar al collado de Chaparrita, aparece ante nosotros como por ensalmo, salido de la niebla cual fauno del bosque, un hombre con un rocín cuatreño del ramal, que si bien llevaba más piel y huesos que Rocinante, para su jinete no lo igualaran los mísmísimos Bucéfalo de Alejandro o Bavieca del Cid.
Fue verle un gran susto y muy pronto nos entró la temblor.
-Malum signum -nos dijimos. ¿Sería otra aparición semejante a la del desencauzado corregidor de Molinicos?
Este caballero andantesco, que dice ir en busca de sus ovejas esquileras, nos barrunta, tras hacer un tiempo con nosotros, que en ocasiones ha llegado a ver algunas cabras monteses por esa zona, e incluso algún muflón y otros bichos cimarrones. También nos cuenta algunas historias de vacos bravíos, que pastan por los Terreros de la Cañada de la Mina, advirtiéndonos que pisemos con mano en visera, pues aprietan fino estos astados, aunque afortunadamente no tropezamos con ninguno de estos remontados y gárrulos animales.
Bajando al refugio del Barrancazo descubrimos junto a un pino una salamandra común, llamada sapo tiro por las gentes de la sierra. Estos anfibios son capaces de regenerar cualquier extremidad que poseen, caso de que lleguen a sufrir una amputación. Como ocurre con la cola de los lacértidos, pero en este caso también con cualquier pata delantera o trasera.
Tras realizar el almuerzo en el refugio del Barrancazo, asombrados bajo unos plátanos y cerezos, donde no dio testimonio Crescenciano para hacernos las congratulaciones, quizás porque andaba de nuevo en tratos con la María y sus néctares o seguía bajo el reflujo de sus sortilegios, seguimos hacia el valle del río Escorial, en el que encontramos a un matrimonio con un pollino.
-¿Ande vais por aquí? –Nos preguntó el crápula con mucho interés y entiesando las orejas.
-A Vianos –Le respondimos de vobis vobis y haciendo remilgos.
-¡Ea! ¡Si os gusta andar!
En Vianos, tras dar aguamanos, pudimos en buena hora tantear el guiso de rabo de toro, que preparan en el bar Ángel de muy buena guisa, completado además con una magnífica cena. Ese día no se iría nadie con la botarga hueca, ni habría catarriberas o majagranzas que amenazaran con ir a justicias por la vacía cena. Tras el ágape y las diapositivas, que cada noche exponía Paco del recorrido de la siguiente etapa, llegó la hora de las queimadas de Santiago, que tampoco habían de faltar aquella noche, aunque sin profórmula alguna, pues el conjuro se nos olvidó en el armario de los recuerdos. Algunos no tuvieron bastante flujo alcohólico y con los bolsillos rellenos de petulancia decidieron ir a tomar unos cubatas en el pub, pues aunque no había mucha gente en la iglesia ellos solos se bastaban para cantar la misa. Por supuesto estos destrabayeguas llegaron barbullando, enratonados y sometidos a los efluvios del fermento, al Centro Social, despertando a todo bicho durmiente que allí se hallaba. Pedirles además que se callaran era como buscar a Marica por Ravena.
¡Dios retuerza la lengua a esos tunantes y confunda su desentendido entendimiento! ¡Un poquito de por favor, hombre!

VIANOS - ALCARAZ
No habríamos de escuchar la noche de Vianos los jurujujues del Trasgo Cabrío, pero sí atendimos durante un tiempo a Nicolás, un hombre que dice haber trabajado con Norma Dubal en Ibiza, donde, según él, era el auténtico rey de la noche. En verdad pasamos un buen rato con este hombre en el Centro Social y más tarde en el bar, y nos hizo la noche entretenida con su retórica particular, sus pastranas y algunos de sus soliloquios humorísticos.
-Aquí a Vianos, mayormente, –nos dice Nicolás haciendo trebejos- ha venido gente de todo el mundo a los guateques que hemos preparado. Ha venido gente de Alcaraz, de Peñascosa, de Paterna del Madera… y hasta de Bogarra.
Incluso le llega a hacer la competencia a Lanciano con algunos de sus retorcidos y ramplones versos:

Padre nuestro con sotana,
que a joder vienes mañana,
con el pito y los cojones,
nuestro Señor nos perdone.
Como el conejo pelao,
amén, a joder otra vez.

Marisabidillas hay en la vida y más si vienen de realizar viajes por el Himalaya y la India. Pero Nuria se quedó con las ganas de descubrir quién era el misterioso personaje que la mochila le llenaba de piedras una y otra vez.
¡Válame el demonio!, ella, que es un punto más avispadilla que el Vivillo y una resabiada anabolena, quizás sumando dos y dos, y con un pellizco de lo que Feijoo llamó tino mental, llegue a la conclusión de que los patos beben en el río y los pájaros vuelan, haya o no cielo por el que extender sus emplumadas aletas.
¡En mala hora fue mal nacido aquel gurrumino que le endosó las rocas en la mochila! ¡Tenía un garbo y un ceceo más bien puesto la bacuriña!
Tan gallarda ella, con su pequeña mochila enchipada como un cohombro, piedra dentro, claro, y su diminuta pantera rosa en tardeasoma. Era una auténtica prosopeya verla caminar así de desgarbada, con su sonrisa procaz, sin recelo alguno.
Después de levar ferro y cortar amarras salimos afollados hacia barlovento, no sin antes asomarnos en Vianos al mirador de Los Quiñones, donde se ven unas impresionantes vistas de la llanura que se abre a los pies de esta población. Lanciano, buen conocedor de estos pagos y muy amante de departir, platicar y conferenciar (intentar ponerle sordina y pedirle que hiciese mutis sería como pedir cotufas en el golfo), nos va diciendo los nombres de una y otra morra que nos salen a diestro y siniestro de nuestro paso: Cabeza del Terrero, Cabeza de la Fuente de la Cañada, El Molar, Cabeza Pelada, Cabeza del Burro, etc.
Pero su mejor industria y hacer, aparte del conocimiento de Mingarnao y algunos montes más, es la narración de historias, contadas, por cierto, con exquisito gusto y extrema diligencia. Así nos cuenta la de aquellos hermanos que decidieron salir a buscar la flor del lilolá, pues aquel afortunado que la encontrase se casaría con la princesa de aquel reino. Fue el pequeño de los tres hermanos quien la halló, por lo que sería éste el afortunado que haría nupcias con la hermosa princesa. Pero los dos mayores, alentados por la envidia, la codicia y los celos, que ninguno de ellos dictaron nunca buen consejo, decidieron matar al menor y decidir a suertes quién de ellos se casaría con la hija del rey.
Pero la suerte quiso que el hermano pequeño, convertido en flauta por un extraño maleficio del destino, fue el que delató el crimen de sus hermanos cuando la flauta fue a parar a un sartenero que vivía en la misma localidad que los tres buscadores de la flor. Este sartenero se puso a tocar delante de la madre y hermanos del desdichado y asesinado joven, de forma que de sus notas se podía escuchar:

Toque, toque sartenero,
no me deje de tocar,
mis hermanos me mataron
Por la flor del lilolá.

Cuando fue la madre la que cogió la flauta, asombrada por las extrañas voces que brotaban de ella, se puso a tocar, escuchándose igualmente la misma melodía:

Toque, toque, madre mía,
no me deje de tocar,
mis hermanos me mataron
Por la flor del lilolá.

Finalmente fue uno de los hermanos quien decidió coger aquel malévolo instrumento, que tan extraña voz dejaba oír, y su crimen fue descubierto al momento:

Toca, toca hermano mío,
no me dejes de tocar,
tú y mi hermano me matasteis,
Por la flor del lilolá.

Escuchamos también de labios de Lanciano la leyenda de Juanillo el Oso, que fue nacido fruto de la preñez de aquella joven de Paterna por un oso, que la había secuestrado mientras lavaba en el río. Este Juanillo, quizás para enmendar el no pecado cometido por su madre abducida, inició un fantástico viaje, junto a Arrancapinos y Vuelcacerros, emulando aquel otro que hizo Heracles para cumplir con sus doce trabajos, luchando contra leones, toros, serpientes de nueve cabezas y demonios. Pero esta historia la dejaremos para otra ocasión. Así que muera el cuento y sigamos caminando hacia El Santo, después de hacer una virazón y bajar al río Escorial por una preciosa senda.
En El Santo, sabemos ya todos, existen las ruinas de un antiguo edificio religioso, con un bonito arco construido en estilo gótico, y las de un antiguo poblado ibérico y visigótico, por lo que no vamos a redundar más en el tema.
Desde este lugar bajamos cerreros por unos voladeros y unas antiguas huelgas al Batán de Alcaraz, donde hay restos de un antiguo batán, una pequeña central eléctrica y un restaurante, que sólo abre en verano. De allí cogimos la carretera de La Mesta, aunque luego nos desviamos hacia la izquierda buscando el cerro de Santa Bárbara, por donde pudimos ver algunas de las piedras que constituyeron el antiguo acueducto que llevaba las aguas en el siglo XVI a Alcaraz, y un cuco, refugio de pastores.
-Manolo, que te has dejado los cuernos en la furgoneta -le dijo Crescenciano a Manolo “Colitas” con retuertas y falsías intenciones.
-Que no leches -respondió Manolo con guasíbilis- que esos son los de una cabra remamada. Los míos los llevo puestos.
La bajada hacia la ciudad de las dos torres, o también llamada la ciudad de los siete conventos, pues siete edificaciones de este tipo llegó a poseer dentro de sus límites, y la subida al camposanto, para visitar el repositorio de los huesos de Pernales, fueron tortas y pan pintado. Allí arriba, en el pequeño hueco que apenas permite pasar a dos personas para ver la estela del famoso bandolero, Lanciano interpretó, zahareño él, el romance del Pernales, seguido de una emotiva y asordada ovación. Ya sólo faltaba para finar la marcha disparar la foto tradicional bajo el arco de Zapatería e irnos todos juntos, cochambrosos y llenos de molimiento, pero haciendo zapatetas de contento, a entrar en bureo y a celebrar francachelas y estipulaciones al Alfonso VIII.
¡Hijos de la grandísima! Sólo resta esperar que llegue pronto la XXIII.
¡Por la XXIII!

PARA FINAR
La verdad es que hacer una memoria como ésta, o como leches se la quiera llamar, sería cosa harto difícil si José García Lanciano no anduviera metido en los caminos con nosotros. Él hace que el paseo sea entretenido y entremetido. Su habla, su poesía, sus donaires y desvaríos, su bien hecha proxémica palabrera, aunque algunas voces tartufas crean que se trata, a veces, de palabras desgarradas y advenedizas, convierten la Marcha Nerpio Alcaraz en una delicia que desuela dar fin.
Lanciano es un ameritado soñador que vive soñando y un vividor que sueña viviendo. Es un auténtico gozo y delicia escuchar su proceroso canto, inflado y zalamero él, sin arrugarse jamás, el romance del Pernales; sobre todo las dos veces que lo ha cantado en el lugar de su muerte y frente a su tumba, en el cementerio de Alcaraz. Su voz profunda, pero suave como un niño, y su mirada iluminada, con los ojos entrecerrados, humedecidos y perdidos en el vacío, con la elocuencia y la erudición de un Cicerón, dejan a cualquier escuchante que lo escuche boquiabierto.
Ahora además pretende hacer triquiñuelas y convertirse en un Cid de las armas, en un Quijote determinista que ataca gigantes y molinos, y tomar con contraminas la Peña Perico de Molinicos, para instaurar en ella no sabemos qué República de carácter anarquista libertario. Quizás quiera emular a César cuando derrotó al rey Farnaces y pronunció aquel asíndeton famoso de veni, vide, vici.
Sí, Lanciano es un auténtico soñador que llena a todos de sueños.
No sería justo dejar de hacer un desajustado homenaje a este juglar de la sierra y reconocer su justo mérito en entretener, enseñar y divertir. Su arte consiste en querer y ser querido. Su magia... la de alguien que sabe lo que hace y lo que quiere hacer saber, aunque su espontaneidad es tan sencilla que parece salida de la nada. Sus versos y coplas, nacidos en la sencillez y en el alma del pueblo, lo encumbran a los más altos altares de la poesía, y los poemas son una forma de acceder a la esencia de las cosas y, como ya dijera Gil de Biedma, un modo que adoptamos para que nos entiendan y nos entendamos.
Todo en Lanciano es poesía, todo es heurística e imaginación, todo es alegría y diversión. Anda siempre acompañado de sus musas, que lo inspiran e iluminan como nadie puede igualmente sentirse inspirado y acompañado, y le insuflan los esqueros de las más correctas formas de emplear y conjugar la palabra, poniendo siempre con exactitud los puntos sobre las íes.
Bravo amigo, esperamos que sigas muchos años con nosotros en esta marcha. Sin ti este acontecimiento no sería lo mismo y perdería todo su encanto y toda su magia.

NOTA CRÍTICA DE LOS AUTORES
Que ningún bellaco harto de ajos se chingue por lo relacionado en estas aljamiadas y desabridas palabras, pues disparate sería pretender tal disparate. Nadie debe tenerse por aludido, pues mera coincidencia y sólo fruto de la casualidad es la relación de nombres y personajes que puedan aparecer en esta desigual y desacostumbrada crónica. No hay por qué buscar entuertos ni cuentapijas, donde sólo hay buena fe, caritativas intenciones y mayor deseo de entretener, difundir y dar a conocer los hechos acaecidos durante nuestros siete días trotando y trasponiendo cerros, como perros sin amo, por los longicuos caminos de nuestra sierra. No hay lugar, por tanto, para estragar ni buscar cacasenos a hurtadillas, ni gigantes, ni ejércitos descomunales, donde sólo hay molinos y ovejas andoscas y alambradas.
Ese ha sido nuestro propósito de todo en todo y no otro antes de dar estas páginas a la estampa, y así damos fe, y mueran o sufran galeras, donde su memoria y entendimiento permanezcan amojamados y sepultados de por vida, todos aquellos putos y gafos arremangados que, con ánimo de ratón casero, han querido hallar tres pies al gato, donde no había ni gatos, ni ratos, ni trascabriados bellacos.
No tuvimos nunca intención de hacer dicterios ni majamamas a ningún catavinos ni moharracho, ni tampoco, por supuesto, decir barrumbadas, obliterar o desanimar el animado ánimo de los valerosos comadres y compadres que salen a la sierra errabundos en busca de aventuras. Sólo fue intención nuestra animar, a aquellos que hacen guiños de dejarse animar, a que tomen nuestro ejemplo y sigan de nuevo, con sus apechusques sobre el costillar, pasando los días de claro en claro y las noches de oscuro en oscuro, las huellas que marcarán el introito de la próxima edición de esta ya famosa Marcha Nerpio Alcaraz.
Abur amigos, hasta la próxima.


GLOSARIO

Abejorrarse: Huirse, salir pitando.
Abundantoso: Mucho de algo (neologismo de los autores).
Abur: Del vasco agur, adiós.
Alambrar: Poner cencerros.
Aliquando bonus dormitat Homerus: Alguna vez tropieza el buen Homero.
Andar de zoca en colodra: Andar de mal en peor.
Apechusques: Útiles de caminar o de cualquier otro oficio.
Arregaños: Gestos de estar hasta los huevos.
Aspaventos: Aspavientos, gestos de espanto.
Atrujos: Gestos de desagrado y de malas maneras.
A ritacabra: Al estilo pastoril y gañanero.
Bacuriña: Lo que cada cual guste que signifique.
Barrumbada: Dicho jactancioso y presuntuoso.
Boluca: Follón, lío, entremetida.
Botarga: Barriga.
Cacasenos: Necios, tontos.
Chalaca: Peruano.
Chirimbaino: Alocado, no pensado.
Cuentapijas: Gilipolleces.
Desabrido: Insustancial, de poca substancia.
Esqueros: Bolsas.
Faltusco: Con no mucho seso, es decir con la cocotera vacía.
Farandul: Hablador, desocupado.
Follar: Realizar el acto de la generación. Introducir la picha morcillona en el chochete, haciendo balances, para regusto de ambos dueños.
Foreado: Huido, a espetaperro.
Gurrumino: Desmedrado, mezquino, descarado.
Jurujujú: Expresión de júbilo de los aldeanos gallegos.
Machero: Aprendiz de pastor.
Majamamas: Enredos, engaños.
Malum signum: Mala señal, mal asunto.
Morisquetas: Muescas y gestos malsonantes.
Parejeño: Veloz, a toda leche.
Pelavaras: Hombre sin fundamento.
Per signum crucis: Por la señal de la cruz.
Polla: Instrumento masculino de fornicación.
Proxémica: Estudia la disposición de las cosas y el contacto con los interlocutores.
Rabotás: Rabotadas, expresiones grotescas.
Ranchal: Zona de muchas piedras sueltas.
Tanicuanto: En cuanto que.
Tardeasoma: En la retaguardia.
Tortas y pan pintado: Fácil en comparación con otras caminatas.
Trascabriado: Endemoniado.
Trascachada: Oculta, escondida.
Veni, vide, vici: vine, vi, vencí.
Vobis: De vobis vobis, sin mucho esfuerzo.
Zangarreado: Sin fundamento, sin sentido, sin arte para catar.