POZO CAÑADA
Página creada por Pedro Pablo Romero Soriano

 

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EXTRACTO DEL PREGÓN DE SEMANA SANTA

DE POZO-CAÑADA 27-3-1999.

(por JÚAN MIGEL ROMERO LÓPEZ)

Me siento ante vosotros con corazón agradecido y sin querer ocultar mi edad madura, quisiera recobrar el fervor y la voz de aquel chiquillo, que hasta el año cuarenta y ocho, con mis doce, sólo doce años, dije adiós a la Semana Santa de mi pueblo, a la Semana Santa de PozoCañada.

...Ya no la pude volver a ver, pero la llevaba y llevo dentro. Me inscribieron como hermano de Jesús casí el día de mi nacimiento, lo comparto orgullosamente en la tierra y en el cielo: cierro los ojos y los veo: bisabuelos, abuelos, padres, tíos, primos...Abro los ojos y os veo: Todos, vosotros, todos. Veo, penetro, recuerdo...a ella, mi madre, cada Cuaresma, hacia la Iglesia, llevando en palmas las ropas bien almidonadas para Jesús, el Nazareno, y los manteles blancos, como si fueran recién estrenados...y el cepillo, la única herramienta, el cepillo, para quitar el polvo de la única túnica del que nunca tuvo "donde reclinar la cabeza". La única:...después, ya de muchacho, con mis escuetos ahorros de estudiante le ofrecí otra túnica de estameña morada. No agradó a nadie, porque se parecía demasiado a la austera que siempre llevó el Jesús del Evangelio. y no podía competir con otros terciopelos y bordados. Ibamos a preparar la imagen los hombres de la casa, era cosa de hombres: mi padre, mi hermano, los muchachos de la fragua, para hacer con reverencia lo que, con saña, hicieron los judíos en la Pascua: poner la Cruz grande sobre sus hombros solidarios. Y las andas, aquellas andas que me parecían inmensas, colocadas al lado derecho del Presbiterio de la vieja y venerada Iglesia. A la izquierda se colocaba Ella, la Madre Dolorosa: Ella sí, cambiada de manto y remozada, penetrante, bella. Puntualmente, nueve días antes del Viernes de Dolores: aquellas novenas donde jóvenes y mayores cantábamos el "Triste Madre, yo también siento yo contigo, yo contigo tal dolor".

Aquellos mismos días...la representación del Prendimiento, otra joya del arca de nuestros tesoros populares. ¿Quién dice que PozoCañada no tiene tradición y solera, arte y piedad para vivir y regalar?. Abrid el arca: ved y gustad.

Y desde el Seminario de Murcia primero,l uego ya desde nuestro Albacete, os seguía y os veía, por eso del espirítu y sus milagros, y por el otro milagro de mi reportera particular- maternal, como no-que me explicaba vuestros pasos y avances en unas cartas que bien podían coleccionar las antologías poéticas del cariño. ¿Os parece que no siento todavía la mano del abuelo Juan Miguel, cuándo me escogía de compañero para aquella solidaria Misa diaria?, aún siento caliente aquella mano, como de raíces de paloduz, que me mostraba la cruz grande de Jesús, colgada de la capilla familiar y que los dos reverentemente besábamos. ¿Creeis que no distinguiría el olor de aquella Iglesia rancia y amada?: aúnque a ojos cerrados me pasearan por sus tristes escombros, reconocería olores, plegarias, canciones, fechas, vivencias...Os pasaría mi video de capillas ,imágenes, cuadros...y, aún ahora, los sacaría de cualquier trastero para resucitarlos. Distinguiría voces inolvidables de nuestros sacerdotes, la tímida y santísima de D.Emilio, la arrolladora de D.Demetrio, la juventud de los que iban poniendo la novedad del reino: un D.Lázaro ,o D.Ramón, o Augusto, o Enrique, o José Luis, o Juantxo...y las campanas ¡Ah,las campanas! las de aquel campanario que nunca debió demolerse. Aquel campanario...las campanas que enfilaban, tras el viento del callejón del Chavolo, una llamada a todos, una llamada a cada uno...aquella llamada, la de mi campanario, me hizo la santa-mala pasada de separarme, no desgajarme de mi pueblo. Ya no pude ver más la Semana Santa de mi pueblo, la Semana Santa de PozoCañada, la mía, la vuestra, la nuestra. Sigo pasando el video en penumbra y resuenan fuerte los sonidos: sé que no os reireís de mí pues son sonidos sagrados: primero, no es ruído, es escalofrío, porque sólo se oye por dentro, es el silencio. El silencio de Semana Santa. Mi madre de puntillas, siempre de puntillas para no molestar ni ser notada: dos noches seguidas en vigilia, mientras nosotros dormíamos: toda la noche del Jueves Santo en el Monumento, en la capilla de la Vírgen del Rosario, en vela; toda la noche del Viernes Santo en el Calvario, junto al Sepulcro del Señor, como las mujeres en la Pascua. Silencio y ayuno, ayuno y silencio. Y el silencio de los chiquillos: éramos niños, pero no gritábamos, ni cantábamos, ni reíamos, ni...nadie, nada, silencio, silencio. Sólo admirábamos, vivíamos, sentíamos aquellos días sublimes, callábamos por dentro, callábamos por fuera...gritaba el silencio. Luego...Luego sí: cuándo el Sábado sonaba a Gloria, nos hacíamos maracas con nuestros botes de chinas para hacer ruído a la hora de la Resurrección, cuándo se tiraban los "socios" y explotabamos con la "Vida"  en explosión resucitada. Ah, los sonidos...los que no se van de las sienes...los que no se van del alma. La musiquilla del cornetín de los "socios" con sus pulgueros, su morrión con flores de papel y su pañuelo de seda en la cadera; el rítmico acompasar de las picas multicolores de madroños al son de aquel monótono cornetín (tararátatátarará...). Todos los niños hacíamos las mismas evoluciones con las cañas de viejas escobas y nos tirábamos al suelo imitándolos,mientras alguno hacíamos ensayos de cura entonando el "Gloria" de la Resurrección. Ah, los sonidos...los hondos sonidos, los que resuenan al fondo del alma, al compás del contrapunto de las lágrimas: sí, en el Encuentro del Viernes Santo llorábamos todos. Cuándo bajaba por la calle de S.Júan la Dolorosa y se acercaba al Nazareno, buscando los laterales, (por eso del disimulo de las madres, de que no la vean, de no hacer sufrir) buscando el abrazo discreto (o casi indiscreto) y una ráfaga cruel de lanzas se le hace muralla en su cara de madre. Una vez, otra segunda vez y...No. Hasta que se le abre la calle, toda, en riada de abrazo consolador, y...Ah, los sonidos...La Banda de música arranca los lamentos de la marcha. Ayer y hoy: Mectub.

La misma. Ayer, aquellos músicos del alma que (seguro) tienen que volver a tocarla cada Viernes Santo en el Cielo...todos, todos...y, al bajo mi padre, y el tío Santiago, y los primos Romero y los López...y la armonía del espíritu con el contrapunto de las lágrimas. Ah, los sonidos...aquellas mañanas de Viernes Santo caminaba la Procesión llenando los veneros de los pozos (símbolo de PozoCañada) con el caudal de los fervores más auténticos, como el itinerario del agua viva: desde el Pozo salao al Pozo bueno por el Pozo de la huerta de Meneos hasta el Pozo de la samaritana, en la fábrica de Lanas, junto al Calvario; y la bajada, la riada de fervores calle Colón abajo para llegar al pretil de la Iglesia recogiendo las aguas en aquel Encuentro inolvidable de abrazo de emoción. Después el olor casero del potaje de rellenos y los panecicos y las flores de los casi mil tamaños, de los casi mil moldes de la fragua con la exquisitez de la panadera de casta en casa.

Mi Semana Santa de recuerdos infantiles tiene: olor-olores-, color-colores-, y sobre todo sabor-sabores-: sabores a interioridad, a vivienda, a ¡verdad!.

Después...nunca se olvidó, nunca pude olvidar la Semana Santa de mi pueblo: cualquier día del año podía encontrarme con la imágen del Padre Jesús en la alcoba matrimonial de los tíos Eliecer y Esther, recluída pero mimada: allí podía besar y rezar y recordar; vivir y revivir. Otros años (muchos, siempre) me conformaba con el tarareo de Mectub o la cantinela de los "socios" y su cornetín. Un año (sólo uno) casi recientemente, pude ver la Procesión del Entierro bajar por la calle de Colón, desde el balcón de las travesuras. Era en la noche y ,claro, no bajaba el Padre Jesús, ya nunca, desde el año cuarenta y ocho, 1948. No lo ví.

Ví vuestro esfuerzo sintonizando con el avance de la modernidad: lo ví, lo admiré, lo admiro. ¡Cuánta ilusión y sacrificios encierra!, pero...¿serán chaladuras de viejo...?¿me encontraba raro yo o las ruedas de las carrozas me rompían los esquemas?. Las ví :a Santa María Magdalena y a la Verónica, San Júan,María...A Jesús Nazareno no lo ví. Casi pienso que mejor,perdón, no sé, mejor...ver al Jesús de la Cruz a hombros, sin hombros para su Cruz... .S i es fugaz y pasajera la tentación...es perdonable.(Sin comparaciones: perdón..., decid a los andarines del Cristo del Sahúco que lleven a tractor su hazaña de siglos; Soy cura en Villarrobledo; cada paso necesita una media de cuarenta hombros, otro tantos para el relevo, muchos encuentran ahí su lugar de orantes. (Estupendo). En todo caso (a hombros o con ruedas) me falta un detalle tonto: aquel tintineo de los chorrillos de cristal en los farolillos en las andas de Jesús. Una tontería, pero...cuándo enmudecían las campanas del Campanario , ellos hacían de campanillas para acompasar los pasos del Pueblo penitente: todo el pueblo iba en filas, sin túnicas, a cara descubierta. Si alguién faltaba, era algún impedido y (seguro) estaba rezando desde su ventana entreabierta. Ni una alma por la calle: no había espectáculo que ver: todos éramos espectáculo viviente, testigos en oración ferviente. Os he confesado mi paréntesis. Gracias por habérmelo permitido. En vosotros no ha habido paréntesis, ni vivís del recuerdo. Vuestra actividad incansable cuaja en este momento que me permitís compartir. Gracias porque me invitais, queridos paisanos del alma, a anunciar lo más que puede anunciarse: la Pascua, el paso del Señor. Ahora, hoy, aquí, de nuevo, teneís preparada la Pascua. En el Evangelio aparece Jesús estimulando a los discípulos a prepararla. En la Parroquia, como comunidad viva, compartís el Camino Cuaresmal. Teneis a punto una Nueva Semana Santa. Bien. ¡Qué bien!. Es un regalo de Dios, que se vuelca en el Amor: "Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo, para que el mundo viva por Él". Y es también un orgullo vuestro, comunitario y constante. La habeis ido construyendo con esfuerzo y mimo. No la sabeis por referencias, ni por diapositivas: yo, sí.

Vosotros le habeis ido inyentando novedades de vistosidad y de piedad. El tambor y la fiesta conviven con el silencio y el fervor. Los Santos Oficios del Templo recargan baterías del alma y envían a vivir en la calle esas Catequesis procesionales.

El pregón requiere temple (nunca orgullo) la causa lo merece, pero para quitar empaque, permitidme un último consentido a mis recuerdos: el eco popular de aquellos pregoneros con deje y tonillo inconfundible que nos recordaban la sardineta casa de Gasolina o los tomates casa de la Humberta.

En estos días santos, asistiremos a celebraciones populares -calle-, y sobre todo, a las celebraciones litúrgicas -templo-. La fuerza en la calle depende de la carga previa del Templo. Dentro y fuera lo que importa es penetrar en el Misterio, zambullirse en él. Pánico a la superficialidad: no quedarse en el espectaculo, en lo teatral, en el rito, en las emociones. Hemos de llegar a las com-pasiones y con-resurrecciones. Que toda nuestra Semana Santa sea un gran sacramento: si tuviéramos que elegir una línea fuerte, un hilo conductor de todos los acontecimientos que celebramos en Semana Santa yo escogería el mismo que eligió Jesús: el amor desbordante.

Como los cuatro rostros de las cuatro imágenes de Cristo en PozoCañada, permitidme una última chiquillada:...de crios, nos gustaba criar gusanos de seda, alimentarlos y seguir su metamorfosis, sus cambios de formas en un mismo ser: los teníamos en caja de cartón y los alimentabamos de las hojas de morera de la estación. Era toda una lección de vida, de ocultamiento y de luz: cada gusano era eso-gusano-oscuro, sucio, arrastrado, lento, monótono...asqueroso; pero...fabril y lentamente se iba tejiendo una cápsula, con su seda-su ser, sus valores, se encerraba dentro, pasaban días de sepulcro-días y noches de tumba-abría un agujero, rompía el caparazón en estallido y...volaba, volaba: era una mariposa. Feliz transformación: una mariposa blanca, ágil juguetona: nueva criatura: gusano y mariposa. Después pondrá más huevos y más gusanos y más seda y más mariposas...Veámos las cuatro fotos de las cuatro caras del único Jesús: 1ª.El Cristo de la Caña: Me encanta, camioneros, filigrana de arte y mensaje: corona y cetro de Rey, rey sereno, humillado y burlado: es la primera etapa del gusano "se rebajó y se humilló tomando la condición de esclavo". Rey burlado, pero libre, que se ríe de nuestros ridículos reinos:

-Nosotros reyezuelos de oros en esta sociedad consumista; el tener el dinero,el reino más fugaz y pasajero.

-Nosotros mareados reyes de copas: del buen vivir, reyezuelos egoistas.

-Nuestro rey iracundo de espadas: nos aupa a la violencia de cualquier armamento.

-Nuestro reino de bastos: duros palos de intolerancia y puñetazos.

El Cristo de la Caña tiene, en su pequeñez "talla" artística y moral para recordarnos eso de "ECCE HOMO", este es el hombre: el Hombre de la autenticidad: el Hombre, humilde y valiente.

Jesús Nazareno con la Cruz: Descubrirse es poco. De rodillas o postrados ante tanta belleza artística y ante tanta humillación solidaria:estamos ante el Hombre de la Cruz, el Hombre de todas las Cruces. El "varón de dolores" de Isaías. Es el titular, el centro de las miradas. Ante esta imágen venerada hay que clavar ojos y miradas. Puede que no lo aguante nuestro estilo egoista y cómodo de vivir, pero no podemos evitar su mirada con la nuestra: lo has de mirar y le has de responder por dentro. Lo salzillesco no es más que la envoltura de este gran regalo que posee PozoCañada, que lo mima y lo reparte a quien lo mira. Tener PozoCañada esta imágen, mitad divina,mitad humana, ese rostro de palabras calladas, nos lleva a ser un pueblo vocacionado a seguirle, a brindar nuestros hombros a las cruces propias y ajenas, que son suyas.Ser hermano o devoto de este Nazareno y no vivir el hombro a hombro con el que sufre, no cabe en el mismo costal. Sería una inconsecuente blasfemia.

El Cristo Yacente: Es el gusano en la mayor postración, a punto de ser envuelto en su propia madeja de sangre y muerte. El símbolo del "grano de trigo plantado en el surco", la garantía de cosecha del que se dejó triturar para ser molido, harina de Pan en Comunión, bocado de nueva familia en Humanidad Nueva: El Cristo de la Paz y la esperanza, la expresión del "tengo sed", sed de que nosotros tengamos sed en un mundo repleto de cosas, pero insatisfecho de valores. Es la cara del deber cumplido "Consummatum est". Esta amada siembra queda depositada simbólicamente en el Calvario, sirve de surco para el gusano embalsamado en su propia sangre. (Esa Capilla del Calvario con tanta necesidad de restauración. Como la tumba de Jesús en espera de los bálsamos de Resurrección.

El Cristo Resucitado: El viviente, la alborada y la luz en estallido, el rostro de la nueva esperanza y la garantía de la Vida, de toda la vida: las nuestras y las de nuestros muertos. El rostro de la Pascua en su perfil de triunfo: rodando la losa por los aires, tirando por los suelos las vendas putrefactas. Es la mariposa radiante que rompe las tinieblas ¡venció al gusano!. Levantándose y levantándonos de las tumbas. Hombre Nuevo para hacernos testigos de su novedad: La Vida.

Hombres en PASCUA-Mujeres en PASCUA.

Pueblos en PASCUA-POZOCAÑADA en PASCUA.

FELIZ PASO A LA VIDA.

¡¡¡FELIZ PASCUA!!!