LA MUERTE
Dios nos libre del "día de las alabanzas". Era muy normal,
guardar el traje del día de la boda para la mortaja, el muerto era amortajado con el
mismo traje de su boda, de ahí,que se dijera que el muerto "parece un novio".
El cadáver era velado en su propia casa, y para evitar que se deformara, se le solía
poner en la boca del pantalón algo de acero, y los pies se los ataban, le tapaban la boca
y las narices con algodones, los ojos se cerraban bien, sin necesidad de ponerles una
moneda. Cuando al moribundo se le administraba la extrema unción, se tocaba la
campanilla,"tocan el óleo"se decía, cuando se iba por la calle y se iba
tocando la campanilla, la gente se arrodillaba, y los que por allí pasaban, se
arrodillaban o se descubrían. Se daban casos de hacer las últimas voluntades en el lecho
de muerte, bien en presencia del cura, del juez o del alcalde. Nada más morir, se avisaba
al carpintero, para que tomara medidas para hacer el ataúd, con lo que el finado
permanecía casi mediodía en el suelo, hasta que traían la caja, que solía ser de
madera forrada de tela muy pobremente decorada. Se lloraba más a los jovenes, que a los
viejos, ya se sabe "los viejos son mal del codo que duele mucho pero se pasa
pronto". El pésame se daba en la casa, antes o después del entierro, las mujeres no
iban al cementerio, se quedaban en casa. En ocasiones, solía fotografiarse al féretro.
Durante el entierro habia "paradas", y en cada una de ellas, se depositaba la
caja en una mesa, que se preparaba a tal efecto, después el séquito continuaba el
recorrido.
Cuando el que moría era un chiquillo pequeño, las campanas sonaban de manera
distinta, era "repicar". El luto duraba, ¡uuff! depende, aquí ha habido gente
que toda la vida ha seguido de luto, pero lo normal era que la cosa oscilara entre 2 ó 3
años. Si el difunto era una persona mayor, el luto se guardaba menos tiempo, por el
contrario, si a una madre se le moría el hijo, entonces..., la cosa podía durar
bastante. No se pasaba directamente del negro al "colorao", había lo que se
llamaba "el medioluto", un percal con pintillas de lunares que se solían llevar
2 ó 3 meses, luego ya, poquito a poco, la gente ya se iba cambiando las ropas, hasta
llegar a ponerse de color, el proceso era gradual, escalonado.
Antaño, los difuntos no entraban en la iglesia, desde la casa los conducían
directamente al cementerio, y al día siguiente se les decía una misa, aunque eso sí,
antes del entierro se les hacía un responso en la capilla del cementerio. En esos días
tristes de la pérdida de algún ser querido, en la casa del difunto se ponía algún
tentempié, algún piscolabis, aportado para la ocasión por algún vecino o por un
allegado a la familia del difunto. Los hombres acompañaban el féretro hasta el
cementerio, mientras las mujeres, permanecían en la casa,al finalizar el entierro se
volvía a la casa, y entonces se hacía el rezo, y allí se despedía el duelo. (Se
decía: Te acompaño en el sentimiento).
A las mujeres solteras se las enterraba en una caja blanca, lo mismo sucedía
con los chiquillos pequeños, parece que eso era símbolo de pureza. Y como ya se sabe si
la viuda que quedaba era joven..."deja la viuda con dinero, que no faltará quien le
tape el agujero". Entonces, las viudas se casaban antes porque no había seguridad
social como ahora, y había que formar progenie. Así pues, era muy normal "empezar a
casar a la viuda.