Historia y arqueología

Ossa de Montiel es el municipio más occidental de la Provincia de Albacete, está situado a 83 kms. al oeste de AB, a 901 ms. de altitud y cuenta con 240´6 km2 de término con un relieve irregular y unas 24000 hectáreas que en su mayoría están ocupadas por romero, tomillo, lentisco, carrasca, salvia, sabinas y enebros. Su agricultura está apoyada en el cereal y la vid.

 

Ossa de Montiel sorprende a aquellos que la visitan por la variedad de aspectos que adornan su entorno. Recorrerlo es adentrarse en la Ruta del Quijote y en una Naturaleza de bellos paisajes.

 

Tuvo que un lugar muy poblado desde tiempos primitivos debido a las características de su hidrografía. Numerosos restos han sido hallados en lugares como: La Mesa del Almendral, San Pedro y Rochafrida, así como en el actual Pueblo. Gracias a ellos sabemos que sus orígenes datan del Paleolítico.

 

Fue fundada por los romanos en el valle de San Pedro una Villa de nombre Caput Fluminis Anae. Por monedas y restos descubiertos se deducen otros poblamientos en el mismo pueblo y en las laderas del Cerro del Almendral (Ciudad de Lagos). Posteriormente los Visigodos dejarían sus huellas con la Antigua Ermita de San Pedro. Más tarde los Berberiscos de la tribu “Masmuda” se apoderaron de estas tierras y en el siglo XII levantaron sobre cerro roqueño el  Castillo de Rochafrida, que con posterioridad se haría enormemente famoso gracias al Romancero.

            Tomado el Castillo (conocido en la Edad Media como “San Felices” o “San Felixe”) por Alfonso VII, después sería conquistado por los Almohades hasta su conquista definitiva por Alfonso VIII.

            Enrique I de Castilla (el “Rey Niño”), el día 26 de abril de 1216, lo entrega

a Don Suero Téllez de Meneses con dehesas y tierras en su entorno. Pasados pocos años, pasa a la Orden de Santiago, quedando en absoluto abandono en tiempos del reinado de Isabel y Fernando.

 

En cuanto a la Población de Ossa, estaría estrechamente vinculada a la citada Orden Militar de Santiago hasta el siglo XIX. La tarea repobladora en el Campo de Montiel se realiza inicialmente en villares antiguos, quedando muchos de ellos despoblados con posterioridad. El proceso de atraer nuevos pobladores correrá a cargo de la citada Orden Militar, sobre todo con gentes de origen castellano, a quienes se facilita un quiñón de  tierra de labor de 30 hectáreas, que había de rotar cada 2 años y un solar para la construcción de casa tejada, tierra para huerta y plantar dos o tres aranzadas de viña

o árboles. Gozaba de bienes comunales sobre corta de leña, aprovechamiento de pastos para sus ganados, caza, etc. Llegaron a establecer unas normas con base jurídica para la admisión de pobladores, amparados por el Concejo.

 

Ossa de Montiel fue elevada al rango de Villa junto a otros pueblos del Campo de Montiel y confirmada su carta puebla por el Infante don Enrique ( Hijo del rey Fernando de Aragón) el 28 de septiembre de 1410. Símbolo de su jurisdicción será el Rollo

o Picota que se conserva dentro de una casa particular.

 

Con ocasión de las Guerras de las Comunidades, Carlos I envió una Compañía de tropas suizas brutal e indisciplinada que arrasó y atropelló Ossa de Montiel. Buscando refugio, sus habitantes huyeron a los montes cercanos, a su regreso sólo encontraría ruinas.

Nuevos episodios bélicos jalonaron la vida de esta Villa durante la Guerra de la independencia. En las proximidades de su casco urbano se libró una batalla entre guerrilleros de la zona y tropas francesas, sufriendo éstas una grave revés bajo el mando del General Lahossaie, al salir derrotados por el celebérrimo guerrillero Francisco Abad (Chaleco), unido a la partida del cura Francisco Ireña en colaboración con el Comandante militar José Martínez de San Martín.

 

El Alto Guadiana sufrirá con la desamortización el mayor proceso de privatización de su historia, no sólo de tierras y de montes, sino también del agua. Y es que a principios del Siglo XIX, las Lagunas pertenecían a instituciones eclesiásticas como la Encomienda de Montiel y Ossa  y con la Desamortización pasaron a ser Bienes nacionales y puestos en venta por gobiernos liberales, provocando a largo plazo uno de lo mayores problemas  de este Parque Natural, como es  la propiedad privada de las aguas y de las tierras colindantes, que durante los dos últimos siglos, ha machacado esta zona con la sobreexplotación de los acuíferos y la caza, las Centrales hidroeléctricas y la especulación urbanística. De esta manera se nos hace evidente, que los nuevos propietarios, burgueses y capitalistas, no tuvieron ningún interés en hacer de la comarca una zona desarrollada económica y culturalmente hablando.

 

            Con la división territorial de 1833, el término de Ossa de Montiel pasó a pertenecer a la Provincia de Albacete.

 

            Es Patria de la Venerable Madre Mariana de Jesús y de Fray Manuel de Roa, último Gran Maestre de la Orden de Malta, quien abdicó su magisterio a favor del Zar de Rusia, Pablo I, en 1798.

 

            Dentro del Casco Urbano de la Localidad se sitúa la Iglesia de St. María Magdalena, edificio Gótico de finales del XVI, pese a su aparente arcaicismo. De planta rectangular, una sola nave con arcos de diafragma transversales, cubierta originaria de madera de tradición mudéjar y coro alto a los pies sostenido por pilares. En la fachada principal remata en una curiosa espadaña, se abre la discreta portada en arco de medio punto y alfiz, que demuestra visos del románico. Se trata del edificio más antiguo y de mayor importancia arquitectónica, enclavado en una recoleta plaza.

 

            Dentro de la Villa y, actualmente, en un corral particular (c/. Del Cura 48), se conserva todavía un rollo o picota de justicia de inicios del siglo XVI. Se trata de una talla de piedra de cinco metros de altura en forma de columna que simboliza la independencia y jurisdicción de la Villa. Utilizada para exponer los cuerpos de los ajusticiados. Junto con el de El Bonillo, es el único que existe en la Comarca. Se puede visitar

Los datos históricos han sido cedidos por Andrés Naranjo Moya 

Vegetación