El claustro, hoy convertido en Sala de Exposiciones, es de finales del siglo XVI y en las dependencias que rodean al mismo subsiste el antiguo refectorio, - hoy dividido en dos estancias - cubierto de sencillo artesonado con vigas apoyadas en canes de perfil arcaizante, por debajo del cual corre un friso de yeso con escudos de las cinco llagas, alusivas a la orden franciscana, entre motivos vegetales renacentistas.