DISPUTAS TERRITORIALES ENTRE ALCARAZ Y LA ORDEN DE SANTIAGO EN EL S. XIII: LA PARTICIÓN DEFINITIVA DE 1294, ORÍGEN DE VILLARROBLEDO Y SOCUÉLLAMOS

Francisco Javier Escudero Buendía

El objetivo de esta comunicación es dar una nueva interpretación a ciertos documentos que, aún siendo bien conocidos (AHN Carpeta 315, doc. nº 2) no han sido interpretados de una forma global, y que al permanecer en los archivos y fuentes de las Ordenes Militares frecuentemente son ignorados por cronistas locales.

Disputas entre Alcaraz y la Orden de Santiago

Alcaraz es conquistado en 1213, mientras que el Campo de Montiel no lo es hasta la década siguiente. Es lógico que, comenzada la repoblación, Alcaraz considere gran parte de estos dominios como su alfoz, y la ingerencia por parte de la Orden de Santiago como ocupación.

Por ello en el año 1243 se realiza la primera partición entre ambas jurisdicciones (Chaves, fol 19 v., AHN OOMM Carp. 81) otorgando a la Orden nada menos que treinta y ocho lugares que Alcaraz había pedido devolver, concediéndole sólo Villanueva y Gorgogí. Este pleito, que hemos venido en denominar la "Carta Geográfica de la Mancha", se constituye en fundamental para conocer la situación real del poblamiento manchego en la primera etapa repobladora, de tal modo que muchos de los pueblos citados, actualmente incluso desaparecidos, aparecen por primera vez en ella.

Mas las pendencias continuaron y en 1248 tanto Villanueva como Gorgogí volvieron a la Orden en virtud de privilegio real. En 1263 (Pretel Marín. Alcaraz), hubo un nuevo intento de pacificación, sin efectos prácticos por lo que sucedió después, pero que demuestra la inestable situación entre ambos bandos.

El Villarejo Rubio y el Villarejo de San Nicolás

En la zona Norte del conflicto estaba situado un núcleo, posiblemente mucho más antiguo y amurallado (Virgilio Espinar), y con escaso poblamiento, que en virtud de su estratégica posición geográfica adquiriría una importancia capital como puntal defensivo de la Orden de Santiago frente a Alcaraz: El Villarejo Rubio.

La Orden de Santiago sólo disponía de este núcleo en una estrecha franja de 30 km. de extensión, encerrada por la Orden de San Juan (C. Criptana) al Este y por Alcaraz al Oeste y que unía las posesiones del Priorato de Uclés con el Campo de Montiel, y se dispuso, al igual que sucedió en Alhambra, a instalar un señorío a partir del año 1230 cuyos primeros detentadores fueron Gonzalo Sánchez y Sancho Sánchez.

La partición de términos entre las Ordenes de Santiago y San Juan de 1237 (AHN OOMM Uclés Carp. 81) volvió a desequilibrar la balanza de poderes, al pasar Alcázar a la Orden de San Juan, y trocarse por Campo de Criptana que pasó a ser de Santiago. El Villarejo Rubio pasó a jurisdicción criptanense de forma provisional, lo que indica su escasa población.

Definitivamente la Orden decidió establecer la futura Encomienda de Socuéllamos en la pequeña torre musulmana de Vejezate en el año 1256, absorbiendo al antiguo Villarejo, donde permanecería hasta los años 1478-1494, y ostentándola numerosas dinastías de nobles como los Mexía, Céspedes y Mendoza.

La reacción de Alcaraz: La partición de 1243

Posiblemente a partir de la partición, interpretando de nuevo que las decisiones políticas y jurídicas producen y van por delante de las consecuencias prácticas, Alcaraz decidió apuntalar su zona Norte fundando una población fronteriza con la última concedida a la Orden de Santiago en la otra orilla del Córcoles: El Villarejo de San Nicolás, que llegó a tener 60 vecinos, romería e Iglesia.

Este podría ser el comienzo de algo considerado una leyenda en Socuéllamos, pero que en Villarrobledo ha sido recogido por todos sus cronistas (Padre Francisco de la Caballería), partiendo de documentación y fuentes posiblemente municipales ya no conservadas, y es la separación de los Villarejos después de una disputa por el agua de un pozo y la posterior fundación de Socuéllamos y Villarrobledo en 1298, algo confirmado por una interpretación adecuada del pleito de 1294.

La Partición de 1294: El fin de las disputas.

Aún siendo un documento bien conocido (OOMM AHN Uclés Carp. 315 doc. nº 2, Chaves, Corchado, Porfirio San Andrés), no ha sido tratado de la forma relevante que tiene e incluso no ha sido advertida la realidad de que aún hoy está vigente como separación de los términos municipales de Socuéllamos y Villarrobledo.

En 1294 los jueces de ambas partes decidieron dividir el pozo del Villarejo Rubio por mitad, estableciendo tres mojones principales uno en las Mesas Rubias (Cuenca), otro en el citado pozo, y el siguiente en el Camino de la Ossa (Albacete) a Abeyezat (Casa de la Torre en el Záncara, Socuéllamos) antigua vía romana, y una comunidad de pastos entre ambos bandos. Lo que pretendió zanjar un problema, debió ser su acicate, pues compartir aguas, pastos y tierras fue, según su resultado, completamente imposible y devino, después de verdaderas escaramuzas guerreras, la despoblación de ambos lugares por mandato real y su desplazamiento a una legua (las distancias coinciden) y la refundación de Socuéllamos y Villarrobledo, pues según todos los indicios ya existía alguna habitación en aquellos lugares (Espinar, AEIN año 1254).

Consecuencias posteriores de la partición.

En 1328 se completó la división de términos hasta Tarancón desde las Mesas. Precisamente esta última villa aprovechó la despoblación de la Encomienda de Vejezate ocupando y labrando las tierras de la misma, algo a lo que tenía derecho según la concordia de 1294. Sin embargo cuando la presión demográfica fue mayor, Socuéllamos pleiteó a partir de 1486 y recuperó el territorio perdido (AGS. Registro General del Sello). Las Mesas sufrió una importante crisis durante el s. XVI (Relaciones Topográficas) por el hecho de carecer de término, algo que hubieran podido solucionar si hubieran dispuesto de la partición original, e incluso actualmente no tendrían su límite municipal prácticamente enfrente de su casco urbano